"Temblando" y con inmenso "placer" recibieron los miembros del grupo de humor musical argentino Les Luthiers la noticia de que son Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, un galardón que llega en el año de sus "bodas de oro" con el escenario y que ya sentían que se merecían.

"Lo recibimos con muchísima emoción y con mucho alivio porque hace tantos años que coqueteamos con el premio que nos fuimos acostumbrando a la sensación de que tal vez nos lo merecíamos", bromeó hoy Carlos López Puccio, uno de los integrantes del conjunto. Tras varios años en las quinielas, este grupo que combina el humor crítico y la música a través de instrumentos artesanales creados con materiales caseros se quitó la etiqueta de "eternos aspirantes" por delante de nombres como Martin Baron, director del Washington Post, o el cineasta Martin Scorsese.

"Temblando de la emoción" escuchó la noticia su compañero Jorge Maronna, quien pocas horas después aún se confesaba "un poco aturdido" por la "importancia" de la distinción. "Nos llena de placer y llega en un momento muy especial de nuestra carrera: nosotros este año cumplimos 50 años de permanencia en el escenario, cumplimos nuestras bodas de oro", describió Carlos Núñez Cortés, otro de los miembros del conjunto, cuyos antepasados proceden de Cieza (Murcia).

"Nos llena de orgullo y nos da un poco la razón sobre lo que empezó como una estudiantina y siguió luego con mucho celo profesional", añadió.

El hecho de que llegue desde España, un país que consideran su "segunda patria" y donde pasan buena parte del año presentando a su célebre compositor ficticio Johann Sebastian Mastropiero y demás personajes, hace que el premio sea aún más "especial".

"Todos tenemos la española como nuestra segunda nacionalidad -a través de un decreto por 'méritos'- y sentimos España como nuestra propia casa y nuestra patria, realmente. Nos encanta que en casa nos reconozcan y nos mimen", explicó López Puccio.

Para este artista, el premio tiene que ver con el hecho de que llevan medio siglos tendiendo "puentes entre España y Latinoamérica", a través de la "sonrisa cómplice" y "utilizando el idioma español".

"Les Luthiers es un grupo que no se va a hacer nunca famoso en todo el mundo porque partimos de la base de que nuestra primera herramienta es el idioma castellano. Tenía que venir de España este premio", agregó por su parte Núñez.

Les Luthiers no son los únicos argentinos de los que la Fundación Princesa de Asturias se acordó en los últimos años. En 2014 fue galardonado en la misma categoría de Comunicación y Humanidades el humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado "Quino", padre de Mafalda, y en 2002 recibió el de la Concordia el director de orquesta Daniel Barenboim, compartido con Edward Said.

"Yo me pondría en el medio, entre los dos, porque Les Luthiers siempre hizo música-humor. O sea, estamos casi a la misma distancia de Barenboim que de Quino porque nuestro estilo fue siempre la conjunción, la feliz conjunción, de esas dos disciplinas", consideró Núñez. Que el jurado les haya elegido a ellos es, según Maronna, una decisión "valiente" porque "siempre el humor parece estar en un estante más bajo que las cosas serias de la vida". "Estamos siempre entre los límites y las fronteras del arte, del humor, del espectáculo, de la payasada o el teatro de ideas. Es una mezcla que yo entiendo que a un jurado le resulte difícil clasificarnos, incluso premiarnos, porque somos buenos para unas cosas y no para otras", opinó Cortés.

La única "pega" que tienen es que, cuando se suban al escenario en Oviedo, no les acompañará Daniel Rabinovich, miembro fundador del conjunto, fallecido en 2015.

"Quedan huellas de él por todos lados, por obras que estamos haciendo actualmente, cosas que él creo y que inventó y que están en el espectáculo actual. Tiene tanto derecho como cualquiera de nosotros cuatro de estar en Oviedo recibiendo este lauro", resaltó Núñez.