¿Es la vejez una enfermedad que se puede tratar y curar? Este es el interrogante al que intentan dar respuesta las líneas de investigación sobre envejecimiento basadas en la teoría del gerontólogo y biólogo francés Aubrey de Grey, que sostiene que la vejez no depende tanto de la genética como de la ciencia y del estilo de vida. Sobre estas investigaciones habló ayer Miguel Ángel Vázquez, presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeritatría (SGXX), en el II Congreso Congreso Nacional de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES) celebrado en Vigo.

-¿Se ha avanzado mucho en el campo de la geriatría desde que usted comenzó?

-Muchos de los problemas que tenemos son muy parecidos a los que teníamos en 1988, cuando yo comencé, como los estereotipos en torno a la vejez, la falta de especialistas en los hospitales y en atención primaria, la falta de legislación en políticas sociales, la falta de compromiso de la sociedad con sus mayores... Pero también hemos mejorado en la formación de profesionales, y tenemos muchos centros de día y residencias, que ya no son lugares indeseables, aunque también es cierto que en teleasistencia estamos a la cola de España. Y tenemos investigadores trabajando en investigación molecular para evitar el envejecimiento y para que sea visto como una enfermedad que se puede tratar. Ahora si me pregunta qué echo de menos en Galicia, le diré que el desarrollo de servicios de geriatría hospitalaria, porque sigue habiendo los mismos dos que hace 25 años.

- ¿Y sabemos mucho más sobre el envejecimiento?

-Estamos viendo que la vejez es algo prácticamente evitable como tal y que es casi más una enfermedad que un fenómeno natural. Estamos encontrando genes que se asocian a la longevidad. Y sabemos que hay seres vivos que viven 400 años. Entonces, ¿qué hace que los seres humanos vivan menos? Probablemente el estilo de vida agresivo que llevamos.

-¿La vejez es una enfermedad?

-Hasta ahora creíamos que la vejez era un fenómeno natural, implícito en los genes y esto explicado en base a que había una especie de programación genética. Pero ahora se está viendo que hay fármacos que son capaces de revertir el envejecimiento. Alfaret, la empresa de Google, acaba de aprobar el primer fármaco que reduce el envejecimiento y hace reversible la degeneración celular. Y que una empresa como Google invierta millones de dólares a estudiar el envejecimiento nos tiene que hacer pensar. Hace veinte años, cuando yo decía que la esperanza de vida de los que naciesen en los próximos años sería en torno a los 120 años era noticia en los medios. Hoy ya no lo es. Quizá la noticia sea que seamos capaces de revertir en cierto modo el envejecimiento y creo que la ciencia en los próximos años hará no que seamos inmortales pero sí que cause cierta sorpresa que la gente se muera con edades que ahora son noticia. Es más, creo que ya han nacido los que van a vivir más de 120 años. Es un éxito conseguir longevidades como las que tenemos y más aún saber que son naturales, que uno puede vivir más años de los que está viviendo.

-Pero vivir tantos años significa acometer algunos cambios...

-Pero ya estamos obligados. A mí me gusta abogar por la revolución social. Asistimos a una situación que nunca ocurrió en la historia de la humanidad: nunca hemos tenido un porcentaje de población del 25% de más de 65 años, por lo tanto tiene que haber cambios sociales. Hay que buscar espacios a estas personas mayores. Hay mucha gente mayor ociosa y que no participa en nada. Y esto tiene que cambiar. Hoy, ser viejo es diferente de lo que era hace veinte.

-Hay un concepto muy negativo de la vejez, ¿por qué?

-Probablemente porque no interesa que haya otro, pero esta imagen estereotipada sobre la vejez es muy perjudicial para el desarrollo de las personas. Creo que es más fácil de manejar un colectivo desde la perspectiva paternalista e infantilizadora. Pero hay que tener claro que con 87 años tienes muchas cosas que hacer y que lo mejor está por llegar. Envejecer tiene que ser un placer y un disfrute.