"La muerte al servicio de la vida". Este es acertado lema del servicio de donación de cuerpos a la ciencia. La generosidad postmortem no cesa en Galicia, donde cada año son cerca de un centenar las personas que solicitan donar su cuerpo a la ciencia, aunque finalmente son en torno a diez los cuerpos que se reciben en la Facultad de Medicina de la Universidade de Santiago, una cifra variable ya que "cuando es numerosa en años sucesivos, el grado de saturación del servicio de donación actúa como condicionante de la recepción posterior", explica María Teresa Castaño, directora del departamento de Ciencias Morfolóxicas, que asegura que, aunque el número necesario de donaciones puede variar ligeramente en función de las programaciones docentes, "la docencia está cubierta siempre".

El escándalo hace tres años en la Universidad Complutense, donde se descubrió que se acumulaban en sus sótanos decenas de cadáveres mal conservados, por lo que no podrían cumplir la función para la que fueron donados, no pasó factura a la Universidade de Santiago. "Se trató de un hecho puntual y aislado, ya que los servicios de donación de cuerpos de España, a través de la Sociedad Anatómica Española, actualizan los protocolos que deben guiar las instalaciones y entornos de las salas de disección periódicamente, celebrando simposios con este objetivo", asegura la docente.

La donación es un acto totalmente altruista: no puede haber ningún tipo de recompensa porque así lo prohibe la legislación española vigente. La familia ha de ocuparse sólo de notificar el fallecimiento y colaborar en la realización de los trámites legales, como consta en el carnet del donante, ya que la Universidade de Santiago se hace cargo de los gastos de desplazamiento y de la posterior incineración.

Pero, ¿quién puede donar su cuerpo a la ciencia? Al igual que sucede con las donaciones de órganos, en las que existen una serie requisitos para que finalmente el órgano pueda ser de utilidad para otra persona, la donación del cuerpo completo a la ciencia puede realizarla, en principio, cualquier persona que resida en Galicia, pero hay algunas circunstancias que harían no apto el cuerpo. "Hay que tener en cuenta que la donación de cuerpo va destinada al servicio de donación que este más cercano en el momento del fallecimiento del donante. Esto quiere decir que la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela recibe también los cuerpos de aquellos donantes de otros servicios que en el momento de su fallecimiento se encuentran en Galicia", apunta Castaño.

El acto de la donación y la recepción del cuerpo del donante son dos circunstancias diferentes, con distintos requisitos. Si nos referimos a la donación en vida, en personas con mayoría de edad y en uso de sus facultades cognitivas, sólo es necesario expresar la voluntad de donar en el formulario de donación donde además firmarán dos testigos debidamente identificados. La donación después del fallecimiento la deben realizar los familiares próximos o los tutores legales.

Las condiciones en que acaece el fallecimiento del donante hacen que no todos los cuerpos sean válidos: "Aquellas circunstancias en las que la manipulación del cuerpo suponga un riesgo para la salud, como las enfermedades infectocontagiosas o donantes a los que se les hayan administrado sustancias susceptibles de permanecer en los tejidos después del fallecimiento, hacen que no podamos aceptarlos", indica la responsable. Asimismo, hay circunstancias que dificultan o impiden la aplicación de las técnicas de conservación, como heridas internas o externas no cicatrizadas, obesidad etc. "Por otro lado, la saturación del servicio necesariamente limitaría la recepción de cuerpos temporalmente", añade Castaño.

Todos estos aspectos se incluyen pormenorizados en la información que el servicio facilita en el momento de la donación, poniendo en conocimiento del donante que, de producirse, son incompatibles con la recepción del cuerpo.

Los alumnos, investigadores y docentes trabajan con los cuerpos un tiempo variable; no existe un límite establecido. ?Una vez que los cuerpos ya no se pueden utilizar más, se procede a la incineración.

Durante el tiempo que están en la facultad, los cuerpos perma necen identificados mediante códigos que aseguran el anonimato hasta el momento de su incineración, tal y como exige la ley.

Las cenizas del donante, en urna independiente y siempre identificadas, tal y como dispone el "Regulamento de Policía Sanitaria Mortuoria", son depositadas en el cementerio de Boisaca en sepulturas propiedad de la Universidad de Santiago de Compostela. "En algunas ocasiones los familiares, al tiempo que comunican el fallecimiento del donante, expresan su deseo de recuperar las cenizas. Llegado el momento el servicio de donación se lo comunica, se formaliza documentalmente la cesión de la custodia de las cenizas a los familiares y se les informa de los procedimientos que tienen que seguir para realizar la exhumación", destaca la responsable.

Castaño asegura que la población gallega "es especialmente generosa; tal y como lo demuestra el número de donantes de cuerpo, de órganos, de médula ósea o de sangre. De hecho, en nuestro servicio no es infrecuente que un donante de cuerpo lo sea también de órganos; en estos casos la donación de órganos es prioritaria", indica.

Desde octubre de 2012 en los jardines de la facultad de Medician luce un monumento en agradecimiento al donante de cuerpo. "Todas las oportunidades son pocas para agradecer el altruismo de los donantes y la generosidad de sus familiares", concluye la docente.