La voz de Ana Moura suena en la conversación todavía más íntima que en su música. Esta portuguesa ha revolucionado el panorama del fado rompiendo con prejuicios y sumando ritmo e instrumentos a la tradición. Su apuesta triunfó con su anterior disco, Desfado, que logró cinco discos de "platino" y vendió más de 300.000 ejemplares. Ahora se ha vuelto a arriesgar con Moura, 14 temas tallados por una voz que evoca sus raíces africanas y que presenta el próximo viernes en el Auditorio Mar de Vigo a las nueve de la noche. Un trabajo con el que la artista ha conseguido, "ahora sí", dice, conquistar hasta a los más puristas de este género.

-¿Cómo es 'Moura' y en qué se diferencia de su anterior trabajo?

-Es una continuación de mi disco anterior, pero es un poco más arriesgado que Desfado, porque el sonido era más crudo. Este disco es musicalmente más elaborado, lo que no es tan habitual en el fado, porque tengo más instrumentos que no son parte de la formación tradicional fadista y además tiene detalles musicales que habitualmente no se encuentran en este género.

-Ha hecho además un disco bastante festivo en comparación con lo marcado por la tradición.

-Sí, el fado tradicional está siempre relacionado con la música triste, pero el fado realmente refleja la identidad de los portugueses. En el siglo XIX era bailado y yo tenía la voluntad de rescatar esta idea de que también se puede bailar.

-¿Y cree que ha conseguido convencer al sector más purista del género?

-Siempre es un poco más complicado, pero creo que sí. Cuando las personas caminan por las calles de los barrios más típicos me dicen que se escucha mi música en las casas de las personas que pertenecen al núcleo del fado. Por eso creo que ahora sí; ahora sí.

-Hay una generación en Portugal, que usted encabeza, que está modernizando el fado, ¿cree que han conseguido romper ciertos prejuicios que había sobre este tipo de música?

-Todas las generaciones tiene que trazar su propia identidad, independientemente del género musical.El fado tienen algunas características propias, pero por ejemplo, Amália Rodrigues y su generación ya hizo una revolución y transformación del fado. Es normal que cada generación tenga sus propias influencias, creo que es lo natural.

-¿Cómo comenzó en el fado?, porque iba para cantante pero no exactamente de este género.

-Conozco el fado desde muy pequeña porque mis padres son grandes amantes de esta música. Yo era muy pequeña, tenía cinco o seis años, y mis fines de semana los pasaba con ellos y con sus amigos en Santarém -distrito al norte de Lisboa-. Mi padre tocaba la guitarra y mi madre cantaba fado, por eso el gusto por el fado viene desde ahí. Pero cuando crecí comencé a escuchar otros géneros de música, como cualquier otro joven, aunque siempre con un cariño especial por el fado. Tenía una banda y cantábamos covers de otros grupos de música rock y pop, aunque siempre tenía presente el fado. Por una coincidencia feliz, años más tarde, unos guitarristas me oyeron cantar fado en un club donde estaba con mis amigos y ahí comenzó todo. Me empezaron a presentar a las personas del mundo del fado y entonces María do Ceo, que es una cantante de fado muy grande de la generación de Amália, me invitó a cantar a la casa de fado tradicional que tiene.

-Parte de la música que escuchaba en su juventud ha influido en el color negro de su voz, pero su propia historia familiar también lo ha hecho, ¿no?.

-Sí, creo que mi particularidad viene de ahí, de la influencia de la música negra porque siempre me encantó, desde los blues, al jazz, el soul y la música africana también. Portugal tiene una conexión muy fuerte con África, con Cabo Verde y Angola, especialmente con Angola. Mi madre es angolana pero cuando sucedió la revolución mis padres vinieron a Portugal, pero desde pequeña los he visto cantar también la música antigua de Angola.

-Ya ha estado tocando por España, ¿cómo se ha sentido? ¿El público ha recibido bien su música?

-Ha sido muy bonito, los españoles son muy comunicativos y hablan durante el concierto con nosotros. Creo que es una característica propia de aquí porque las personas son muy efusivas y estamos muy contentos con estos conciertos.