El Club de Remo Virxe da Guía comenzó a impartir clases teóricas y prácticas para invidentes a finales de abril y el número de personas que se han inscrito ha oscilado a lo largo del tiempo. Actualmente están trabajando con tres personas ciegas, pero en los comienzos llegaron a tener hasta un total de 10 invidentes.

El progreso que han experimentado estas personas a lo largo del tiempo ha sido tan notable que ayer por la mañana tuvieron la oportunidad de salir al mar por primera vez. Acompañados por tres remeros del club, Jorge y Rogelio -dos personas invidentes- y Óscar -su acompañante con síndrome de Down- pusieron en práctica todo lo que aprendieron durante los últimos tres meses, que fue cuando se empezaron a impartir las clases.

La preparación previa ha pasado por tres fases que se consideran básicas en el entrenamiento de cualquier persona que quiera aprender a remar. "Primero impartimos unas clases teóricas para explicar las nociones generales; después hemos hecho una clase de preparación física; y lo último ha sido una simulación en el foso de agua para que aprendan a remar", informa José Manuel, el coordinador del club.

Iniciativa pionera

Esta iniciativa ha sido pionera en España y, en palabras del coordinador, "puede que también hayamos sido los primeros a nivel mundial". Por ello, esperan que el resto de clubs tomen ejemplo y quieren conseguir que las personas que necesitan condiciones especiales puedan competir en estas disciplinas. "Nuestro objetivo es que estas personas puedan competir en igualdad de condiciones con el resto de remeros", señala José Manuel.

Un propósito que ayer han demostrado que se puede conseguir, llevando a cabo "un entrenamiento más exhaustivo y con mucha práctica para coordinarse con el resto", según ha explicado Rogelio, uno de los invidentes participantes en esta experiencia.