El violín folk tomó ayer de nuevo la isla de San Simón de la mano del centenar de chavales -de 7 a 18 años- y de la veintena de monitores del quinto campamento Galicia Fiddle, que en su quinta edición se acerca a China y al erhu, el violín tradicional chino, predecesor de los instrumentos de cuerda. Las niñas de Beijing Nancy y Li Jiaying, de nueve años, enseñarán a sus compañeros durante la semana que dura esta iniciativa. Según su director, Alfonso Franco, la integración de las dos niños chinas ha sido inmediata. "Creemos que va a ser una experiencia especialmente enriquecedora para los niños", opina.

Franco explica que aunque violín popular y erhu son bastante diferentes, tienen en común que ambos quedaron relegados a las capas más bajas de la sociedad. Franco, que visitó el pasado mes de diciembre Beijing, quedó fascinado por el sonido de este instrumento, del que la Asociación Galicia Fiddle, entidad sin ánimo de lucro que organiza este campamento, ha adquirido una decena.