Las aguas verdes y tranquilas de una laguna de cuento de hadas en Brasil cubren hasta la cintura al músico Hermeto Pascoal, que el pasado miércoles cumplió 80 años. Con su larga barba blanca, su piel albina y con una concentración que exhalan los poros, el creador brasileño -una eminencia de la música popular de su país, fichaje años ha de Miles Davis o Airto Moreira, entre otros- está acompañado de varios músicos más jóvenes. Juntos inician un coro de sones que se van acompasando hasta formar una melodía suave para los oídos que brota de varias garrafas de vidrio verde y de simples flautas. Es la música de la laguna (Música da Lagoa), una palabra que ha marcado el devenir de Pascoal quien arranca en Vigo el próximo viernes, en el Auditorio Municipal de Vigo inaugurando el Festival de Jazz Imaxina Sons, su gira española que le llevará por ocho ciudades, incluido el Festival de Getxo, con intermedio en The Barbican de Londres, Rotterdam y Alemania, arropado por su banda: Itiberê Zwarg (contrabajo), André Marques (piano), Fabio Pascoal (percusión e hijo de Hermeto), Joao Paulo (saxofón) y Aline Morena, (guitarra, cantora, percusión y danza.
Por mucho que se escuche a Hermeto Pascoal, por mucho que se lea sobre su carrera, no deja de sorprender el lirismo musical que consigue de una simple botella con el viento como compositor. Con esa imagen, aún con los ojos cerrados, y enlazando con sonidos como el del tema "Pimenteira" del álbum de 1979 Zambumbê-bum-à u otras pistas del Cerebro magnético se entiende mejor una frase que es la marca de la casa Pascoal y que ofrece como respuesta a la pregunta de cuál es el instrumento que permite una mejor expresión musical. "El mejor instrumento -señala por teléfono- es el cuerpo pero el que da la inspiración es el alma". "Los instrumentos son como mis hijos, a los que amo", añade a modo de excusa para no decantarse ni por el piano, ni por la flauta, el pandeiro brasileiro (pandereta), la zanfona y otros cuatro instrumentos más que domina.
Hermeto Pascoal Brasil, 1936) es una leyenda viva de la música popular de Brasil y del jazz universal. Cada una de sus millones de canciones compuestas, refrenda que es un virtuoso. Esta semana cumplió los 80 años, feliz por los homenajes que se han sucedido en su honor ante tan especial aniversario.
Pero esta alegría viene acompañada de otra, su gira por Iberia. "Me siento como un niño porque uno de los países que amo mucho es España. Es la primera vez que más voy a tocar ahí y, por eso, estoy feliz. Yo era un gran fan de Paco de Lucía. Otras veces que estuve en Europa coincidí con él y ahora que falta lo echo de menos", añade.
Los miles de kilómetros que separan su voz de la entrevistadora no impiden que la "magia" del también conocido como El Brujo, una suerte de chamán musical, llegue intacta: una magia cargada de espiritualidad. Se evidencia al preguntarle si Hermeto Pascoal sería el mismo músico si no se criase en Lagoa da Canoa, una localidad bañada por el Atlántico: "Yo era el mismo cuando aún no había nacido. Pero tras nacer, no soy el mismo ningún día. ¿Por qué? Una persona no es la misma siempre. Cuando la gente me pregunta cuántos años llevo haciendo música, les respondo: llevo 80 años porque mi primera música fue dentro del vientre materno. Allí, hice el primer sonido".
Esta declaración conecta con otra referente a su "música universal". "Yo -explica- siempre voy con la evolución. La gende debe evolucionar. Mi música es universal porque Basil tiene mucha gente de otros países. También es una música conectada con la tierra, donde la gente vive; y con la Tierra, el planeta. Todo viene de la evolución y la intuición. Yo doy 100% intuitivo".
Esa facultad, ese presentimiento, le sirvieron para tocar la fibra del compositor de Kind of Blue. "Miles Davis era un ser humano maravilloso, amigable, muy bueno. Un eterno amigo. Cuando estaba con él, parecía que yo hablaba inglés, incluso sin saberlo. Nosotros conversábamos con el idioma universal, que es el pensamiento. El pensamiento no tiene escuela sino intuición. Es intuitivo".
Preguntado sobre qué le gustaría ser de no ser músico, Hermeto Pascoal responde con una anécdota. "Le voy a contar una historia que justamente ocurrió en Europa, en Francia. En Radio France, un periodista le preguntó a Miles cuando muriera, y si volviese al mundo, qué le gustaría ser. Miles dijo que le gustaría ser como el loco albino de Hermeto Pascoal. Me llamó albino loco. Él siempre hacía muchos chistes sobre mí. Cuando Dios me lleve del mundo, si regreso, sé que Dios nunca repite, pero me gustaría volver de nuevo como músico, para hacer otras cosas y dar continuidad a mi trabajo aquí en la Tierra", confiesa.
Recién cumplidos los 80, Hermeto Pascoal tiene la suerte de "no hacer nada si no me hace feliz. Yo converso ahora con usted y le doy importancia. Es como si estuviera dando un concierto. No hago nada que no me guste. Tengo esperanza sin premeditación".
