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De la libre 'garçonne' a la sumisa 'pin-up'

La investigadora gallega Mercedes Expósito desarrolla en un libro los dos modelos de mujer más importantes del siglo XX, opuestos entre sí y cuya evolución dañó a muchas féminas

Dos imágenes de la mujer opuestas entre sí, formadas en gran parte por los medios de comunicación, el cine, la publicidad... y los regímenes autoritarios. Una, trató de romper con el viejo orden victoriano que encorsetaba la vida de las mujeres. La segunda, dio marcha atrás a las libertades conseguidas y volvió a la mujer sumisa que trata de agradar al hombre. Las 'garçonne' y las 'pin up' son las dos producciones de la feminidad más importantes del siglo XX y sobre ellas ha investigado la filósofa gallega y experta en temas de género Mercedes Expósito. La autora presenta hoy (Librería Versus, 20.00 horas) el libro junto a la doctora en Filosofía Carme Adán y la catedrática de Filosofía del IES Alexandre Bóveda, Mercedes Oliveira.

"Creo que la Historia Cultural de las Mujeres es invisible y los estados que se consideran democráticos tendrían que hacerla visible. Como muestran los análisis que tienen en cuenta la paridad, tanto los sistemas escolares como los medios de comunicación de masas promocionan una historia masculina", explica la escritora.

"Con este libro he querido contribuir a hacer visible la historia de las mujeres, contando un capítulo tan importante como olvidado: el del movimiento de las mujeres, el de la "Causa" de las mujeres, el de las luchas políticas sufragistas y feministas de las que la garçonne o mujer independiente es deudora, porque sin ese contexto socio-histórico de agitación política no hubiera podido emerger la propuesta de esa "mujer nueva" en una "nueva civilización" que tanto las sufragistas como las feministas y las garçonnes reclamaban, además de todo el movimiento pacifista y progresista", defiende la autora, nacida en Lugo pero residente en Vigo.

Las conocidas como 'garçonne' nacieron en las primeras décadas de los años XX, al amparo del movimiento del sufragismo y del feminismo. Físicamente se caracterizaban por su masculinización, con el pelo corto y vestidos holgados y "representan una superación de la propuesta victoriana y burguesa de la mujer esposa". Ya desde el aspecto físico: "Frente a los corsés que aprietan la cintura para resaltar el pecho y las nalgas en la figura femenina, las 'garçonnes' apuestan por siluetas rectilíneas y cómodas, de las que Coco Chanel fue una de sus mejores representantes", apunta Expósito.

Imagen de una 'pin-up girl' estadounidense de los años treinta

Junto a los corsés físicos, cayeron otro tipo de corsés, los que relegaban a las mujeres al ámbito de lo doméstico. "Es el tiempo de la incorporación de las mujeres urbanas al mercado laboral, de las migraciones de mujeres de ámbitos rurales para ocupar empleos en las fábricas, conductoras de tranvías, incluso aviadoras. Los hombres acudían al frente y las mujeres quedaron al frente de las ciudades", cuenta la investigadora.

Las garçonne diseñaban su propia ropa para un día a día cómodo, se formaban intelectualmente y empiezan a hacer deporte, a controlar la natalidad y a exigir derechos reproductivos. "Se habla mucho del amor libre y el 68, pero los años 20 son los verdaderos años del amor libre: encontramos a muchas mujeres viviendo en pareja, que deciden no casarse...".

Imagen de J.H.Lartigue, 'Les Garçonnes', en París en 1928

Sin embargo, a partir de los años treinta y con la llegada de los movimientos absolutistas y los fascismos que proliferaron por todo Occidente, este modelo de mujer, que había conseguido el nivel de liberación más importante de la Historia, desaparece. "La 'pin up' es una reacción contra un tipo de mujer que supone una amenaza para el orden establecido", apunta la investigadora. "Los medios de comunicación de masas, el cine y la publicidad que venían de Estados Unidos crearon este modelo de mujer que fue extendiéndose por toda Europa a mediados de los años 30. La mujer vuelve a acentuar sus curvas para agradar la mirada masculina, más que gustarse a sí misma, y a convertirse en esposas complacientes que vuelven al corsé, no solo metafóricamente, sino que también vuelve la corsetería física, con la que habían roto las garçonnes, que incluso habían disimulado sus pechos con bandas", describe Expósito.

"Muchas de estas mujeres habían estudiado en la universidad y conocían el valor de la independencia, pero se ven obligadas a volver al hogar porque no se les ofrece otra alternativa, lo que provocó enormes frustraciones y un sufrimiento psicológico importante, ya que se les negó su derecho a desarrollar su personalidad", lamenta la escritora.

Las mujeres, recuerda Mercedes Expósito, "pusieron en cuestión el estereotipo 'pin up': "No somos muñecas", decían, pero en ese momento político era muy difícil poder expresarse y escapar del modelo", advierte.

Si los nazis reducían las mujeres "a los niños, la iglesia y la cocina", poco mejoran las cosas para las féminas tras la Segunda Guerra Mundial. "Empiezan las políticas de retorno a casa, para promover que las mujeres dejen sus trabajos, y se extiende la ideología del 'baby boom'.

"Cada modelo de feminidad deja una huella en la historia y cada nuevo modelo es singular, pero hunde sus raíces en una historia política anterior", reflexiona la autora.

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