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Las conferencias del Club FARO

Patricia Martínez: "Debemos reconsiderar nuestra incompleta memoria histórica"

La antropóloga pide recordar a los españoles que salvaron a miles de refugiados en la II Guerra Mundial

Patricia Martínez de Vicente y Antonio Giráldez, secretario del Instituto de Estudios Vigueses. // R. Grobas

La antropóloga social Patricia Martínez de Vicente (Londres, 1946) reivindicó ayer en el Club FARO el valor de los españoles que, como su padre, el médico vigués Eduardo Martínez Alonso (Vigo, 1903 - Madrid, 1972), ayudaron a ponerse a salvo a miles de refugiados que escaparon de la Europa nazi durante la II Guerra Mundial. "Reconsideremos nuestra incompleta memoria histórica -afirmó-, no solo para recuperar cadáveres de las cunetas, sino también para recordar a los que estuvieron en el lado amable de la guerra, rescatando a refugiados, personas con apellidos impronunciables que no volverían a ver nunca más".

Patricia Martínez de Vicente ha publicado recientemente su tercera novela histórica, "Paso doble", que sucede a la exitosa "La clave Embassy" (2010). Gracias a documentos desclasificados y a los diarios del que fue cónsul británico en Zaragoza durante la guerra, Antonio Valverde, la hija de Eduardo Martínez Alonso sigue profundizando en las redes de evasión que permitieron que unos 300.000 perseguidos del nazismo escaparan a través de España y Portugal. Según las pesquisas de la autora, que lleva 16 años investigando esta cuestión, dicho entramado fue montado por la Cruz Roja Británica y el servicio secreto británico (MI6), y ejecutado por 22 cónsules británicos en España y por un número indeterminado de ciudadanos que colaboraron desinteresadamente en la red de rescate.

Fue el caso de la familia marinera Otero, en Redondela, y de los Alen de Tui, estos relacionados con redes de contrabando, quienes ayudaron a Eduardo Martínez Alonso en el último tramo de la misión de rescate. Todo empezaba cuando el médico vigués sacaba a los refugiados de un campo de concentración de Miranda de Ebro (Burgos) con falsos certificados médicos y los trasladaba semiocultos hasta Valença do Minho (Portugal), vía Redondela, donde el galeno vigués poseía una finca llamada La Portela.

Diarios

Como explicó el presentador de la conferencia, Antonio Giráldez, secretario del Instituto de Estudios Vigueses, el diario de Eduardo Martínez Alonso, hallado por su hija en un piso de Madrid, fue "la primera pieza del puzle" que Patricia Martínez obtuvo para investigar las redes de evasión en la península.

La investigación cobró un nuevo impulso cuando contactó con Patricia Martínez el hijo de Antonio Valverde, cónsul británico en Zaragoza durante la II Guerra Mundial. "Se presentó en mi casa con quince o veinte diarios de su padre -explicó la antropóloga- y me dijo: "Esto es para ti". No quería aceptarlos. Nos hicimos muy amigos. Ya hacía años que su padre había muerto. Era un andaluz casado con una zaragozana".

El contenido de esos diarios se desarrolla en "Paso doble. Salvados del Holocausto vía España". Valverde tuvo que enfrentarse a los falangistas, al igual que su padre, que se vio sometido a una "estricta vigilancia policial bajo la estrecha mirada alemana, aunque los alemanes no tenían ningún derecho a interferir en un país neutral como España".

Los diplomáticos emitían salvoconductos falsos, y además Eduardo Martínez Alonso firmó certificados médicos que no respondían al estado de salud real de los refugiados. "Casi ninguno era enfermo", señaló Patricia Martínez. "Había redes organizadas entre Miranda de Ebro y Redondela con posaderos y particulares, gente de buena fe que no cobraba nada por lo que hacía", añadió la también autora de "Embassy y la inteligencia de Mambrú" (2003), la primera obra de lo que, según las palabras de su autora en Vigo, podría quedarse en una trilogía. "Después de tres libros ya es bastante -confesó-, voy a cambiar el chip. Me han llamado para hacer un documental. Lo haremos en inglés y tendrá difusión internacional".

Patricia Martínez destacó también, como ya había anunciado en la entrevista con FARO publicada el pasado sábado, que habrá una calle en Madrid con el nombre de su padre, Eduardo Martínez Alonso. La noticia fue acogida con una ovación por el público del Auditorio Municipal do Areal. "La concesión fue aprobada en el último pleno municipal de [la anterior alcaldesa] Ana Botella, a iniciativa de los de la Memoria Histórica, y se lo pasaron al gobierno municipal de Manuela Carmena. Sería mucho más lógico que hubiera una calle de mi padre en Vigo [nació en la calle Areal de la ciudad olívica], pero prefiero no entrar ahí", zanjó.

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