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Tres generaciones dando cuerda a relojes del mundo desde Vigo

Una relojería viguesa se encarga del mantenimiento de cientos de relojes ornamentales en España y Europa

Reloj de flores de Tenerife | Instalado en una de las entradas del Parque Municipal García Sanabria de Tenerife, es punto de encuentro santacruceros y visitantes. Fue fabricado en Suiza por la casa Favag y donado por el cónsul de Dinamarca P. Larsen, en 1958.

En la calle María Berdiales, en pleno corazón de Vigo, aprendió a escuchar el sonido de sus engranajes y a manejarse con precisión entre los estrechos recovecos de tuecas y ruedas. Y como él, ahora Pedro Pagán Iglesias diseña, instala y repara todo tipo de relojes: de muñeca, de torre y monumentales, mecánicos, electromecánicos y electrónicos. Ayer, este relojero vigués cogía un avión hasta Tenerife para reparar uno de escasísimos relojes de flores que existen en el mundo, el del Parque Municipal García Sanabria de Tenerife, punto de encuentro para lugareños y visitantes, y una rareza dentro de este tipo de relojes, ya que es de los pocos que tiene segundero.

De seis metros de diámetro y muy cotizado para posados fotográficos, sus manecillas tienen que soportar no pocas veces el peso de niños e incluso de adultos y esta es la causa de la avería de este reloj, de cuyo mantenimiento se encarga la relojería Pagán desde que fue instalado en 1958, ya que es la distribuidora oficial de Clock'o'matic, fabricante belga que tiene relojes ornamentales instalados en todo el mundo. Mañana lunes, el relojero vigués emprenderá la reparación, que prevé que dure toda la jornada, primero en el almacén donde se guarda la maquinaria del reloj averiado, y después en su lugar de emplazamiento. Si todo sale bien, el martes, el reloj del Parque Municipal García Sanabria volverá a dar la hora.

Pero este no es el único reloj de flores cuyo mantenimiento está a cargo de este relojero. También lo está el de los jardines de Méndez Nuñez, en A Coruña, el único reloj de este tipo que hay en Galicia.

Esta relojería viguesa ha diseñado, instalado y/o reparado relojes en numerosas ciudades españolas y también en Europa y América. Concretamente, Pagán ha tenido que viajar a Francia, Chequia y Bélgica, y en otras en dos ocasiones a Brasil para reparar relojes de torres y ornamentales. Solo en España, esta empresa ha montado unos 200 relojes de torre. Entre los relojes que ha montado se encuentran los del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO), el del edificio del Santander, con sincronización GPS, el del mercado de abastos de Cangas, el de Correos de A Coruña y el de "cuatro caras" de Friol, en Lugo, por citar solo algunos. Incluso quien viaje a Camerún puede encontrarse con un reloj diseñado por Pagán.

"Nos pidieron un reloj que fuera sencillo de instalar y así lo hicimos. Lo que pretendemos siempre que diseñamos o instalamos un nuevo reloj es respetar al máximo la estética del edificio y el propio mecanismo del reloj para que no pierda su valor histórico", afirma el relojero vigués, que añade que la relojería también evoluciona. "Ahora hacemos toques litúrgicos con ejecución a distancia, o sea, que se activan con el móvil,", apunta.

Pedro Pagán constituye la tercera generación de relojeros, aunque estudió informática e incluso trabajó durante un año en Apple. Sin embargo, la relojería parecía estar esperándole y enseguida se incorporó al negocio familiar. "Mi abuelo fundó la empresa en 1921, en Cartagena. Durante la postguerra, mis abuelos iban a marcharse a Venezuela cuando cortaron los visados, y entonces vinieron a Vigo. Aquí estamos desde 1953", resume el relojero.

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