-¿Qué aconsejaría a las familias que acaban de enfrentarse a ese reto de los suspensos en las notas?
-Hay que buscar la raíz de ese suspenso: un problema de comprensión o aprendizaje, está desmotivado, está pasando por algún problema que no ha sabido expresarnos o no hemos sabido captar... Es importante tener una comunicación estrecha y no desesperarnos aunque las notas sean malas. Pensemos que solo reflejan lo que ocurre en un examen, nada más. Tenemos que evitar que esas notas interfieran en la paz del hogar y afecten a las relaciones entre padres e hijos.
-Para entender a los niños, ¿también hay que mirar el estilo educativo de los padres?
-No es que los padres lo hagan mal, es que a veces adoptan los mismos modelos que emplearon con ellos. Los padres autoritarios son tan exigentes que mantienen a sus hijos en muchísima tensión. Alcanzar las expectativas no es fácil y no llegar les produce mucha frustración... broncas, reproches, castigos. También en el modelo de padres y madres permisivos se le enseña al alumno que puede hacer lo que quiere, con lo que le falta disciplina, motivación, seguridad y autonomía.
-El filósofo Marina ha propuesto un cambio en la Educación, basado en los docentes.
-El sistema educativo de hoy no está adaptado al niño. La educación sigue una metodología prusiana y decimonónica, enfocada a crear trabajadores eficaces y en nuestro tiempo impera el conocimiento y las nuevas tecnologías, así que es mucho más necesario el desarrollo como ser humano, en términos de autorrealización, según Maslow.
