El instructor del llamado "caso Innova" implica a 47 médicos por las prótesis dañadas de la marca Traiber y, en algunos casos, "hay indicios" de comisiones "para que mantuvieran la boca cerrada" al detectar los fallos, según el auto judicial. El juez Diego Álvarez de Juan levantó ayer el secreto de sumario de la pieza separada número 4 del 'caso Innova', que se centra en la investigación de prótesis de cadera, rodilla y columna fabricadas por Traiber en su planta de Reus (Tarragona).

El magistrado considera que hay responsabilidades para 47 médicos de distintos hospitales que habrían seguido colocando las prótesis a pesar de que la marca presentaba deficiencias. En los documentos requisados en un registro en la sede de la empresa propiedad de Lluís Márquez, el juez destaca que la empresa pagó un viaje a Egipto a tres médicos en 2008. En ese justificante, constaba la nota manuscrita "regalo para los doctores. Para tapar la boca por el fallo del cotilo" (el cotilo es una de las piezas de las prótesis).

"Traiber no solo pagó comisiones a los médicos para que pusiesen sus productos, sino que hay indicios de que lo hizo para que éstos mantuviesen la boca cerrada cuando descubrieron las deficiencias técnicas", señala el magistrado.

El juez relata la denuncia de una exempleada de Traiber que derivó en una alerta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y reseña descripciones de empleados de la empresa conforme la situación era "caótica". La lista de médicos señalados por el juez abarca desde centros públicos y concertados de toda Cataluña, desde Tres Torres a Dexeus y, sobre todo, el Hospital Sant Joan de Reus.