Un padre podrá retrasar una hora su entrada al trabajo para llevar a su hijo a la guardería, un derecho que le ha reconocido un juzgado de Madrid después de que el centro de discapacitados en el que trabaja como cocinero se lo denegase. La sentencia da la razón al cocinero del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral de Madrid (dependiente del Instituto de Mayores y Servicios Sociales) en el que trabajaba en turno de mañana, de 8.00 a 15.00 horas, o de tarde, de 15.00 a 22.00 horas.

Su hora de entrada coincidía con la de llegada de su hijo a la escuela infantil, motivo por el que reclamó su derecho a flexibilizar en una hora su entrada. El juez ha considerado que "el derecho del trabajador debe prevalecer sobre la empresa al ser mínima la incidencia que pudiera tener en el servicio". A su favor, el padre tenía a sus compañeros de trabajo, según la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), sindicato que ha representado al cocinero, que apoyaban su petición y consideraban que el centro -que cuenta con seis personas, contando con el jefe de cocina-podía atender el servicio de desayuno sin que la ausencia de su compañero produjese "ninguna incidencia o colapso".