Es el cineasta del realismo de temática socialista. Ken Loach, cuya última película, "El viento que agita la cebada", fue Palma de Oro en Cannes y generó controversia en Gran Bretaña por su retrato de la colonización de Irlanda, sigue creyendo en las ideologías y aún es un inconformista que sueña con la justicia y critica a la burguesía. Ayer llenó de seguidores el Auditorio de Galicia, en Santiago, y les habló de "Cine y compromiso social" en una de las "Conversas con" organizadas por la Vicepresidencia de la Xunta.

- La crítica coloca a sus películas la etiqueta de cine social y siempre ha defendido el cine como compromiso. ¿Todavía cree que es posible que el arte ayude a cambiar el mundo?

- Creo que esa definición resulta un poco estrecha. Yo quiero ir más allá. Para mí es cine, nada más que cine.

- ¿No cree que ese tipo de cine está infravalorado?

- No es más infravalorado hoy que antes y, de hecho, hay muchas películas documentales y reportajes de impacto políticos como los que hace Michael Moore y existen hoy muchos productores, realizadores y guionistas que sí que quieren hablar de cómo es el mundo.

- Me refería a que existe cine para consumo, como el que, por lo general, fabrica Hollywood, y cine para pensar...

- Bueno, algunas películas de Hollywood te hacen pensar, aunque lo hagan de un modo muy agresivo y en contra de lo que has visto en el cine. Pero una película no es por definición buena o mala sólo porque viene de Europa, Estados Unidos o de Oriente. Creo que el problema fundamental es que hay poco donde elegir en los cines multipantalla. Ellos dicen que, a mayor competición, mayor posibilidad de elección, pero no es cierto: a mayor competitividad, menor elección. El problema reside en la falta de variedad. Lo que hace falta es más variedad: tiene que haber películas que te hagan llorar, que te hagan reír, incluso que te hagan adoptar una actitud agresiva hacia esa película que acabas de ver. El problema es que no existe esa variedad. Está muy reducida.

- El Gobierno español está tramitando al respecto una ley que obliga a una cuota de pantalla a las salas: una película española o europea de cuatro exhibidas. ¿Usted qué opina? ¿Cree que es la solución?

- Creo que es un buen comienzo. Es mejor eso que nada.

- Los exhibidores no están de acuerdo...

- Pero seguro que los productores y directores sí. Creo que es un comienzo. No resolverá el problema, pero es un comienzo y es mejor que nada.