Por culpa de esa prohibición, en vigor desde el pasado 30 de abril en el Ulster, el dramaturgo irlandés Brian Friel se ha visto obligado a reescribir una escena de su obra "Dancing at Lughnasa" para el Lyric Theatre, de Belfast.

La obra trata de cinco hermanas que viven en una región remota de Irlanda en los años treinta. En una escena, una de ellas enciende un cigarrillo como signo de liberación de las convenciones sociales.

Una prohibición similar en Escocia motivó una protesta del actor Mel Smith durante el último festival Fringe, de Edimburgo.

Smith se preguntó cómo iba a interpretar convincentemente al ex primer ministro británico Winston Churchill sin un puro en la boca y dijo que la prohibición habría encantado al dictador alemán Adolf Hitler.

En la República de Irlanda, primer país europeo que prohibió fumar en fábricas y oficinas, se permite a los actores inhalar el humo de cigarrillos fabricados con hierbas que no contienen nicotina.

La nueva ley que se presenta hoy en el Parlamento de Belfast establece que "no se impedirá fumar a los actores si lo exige la integridad de la obra".

La exención se aplicará tanto a las obras de teatro como al filme, los programas de televisión y otros espectáculos públicos.

El director ejecutivo del Lyric Theatre, Michael Diskin, se felicitó de la exención y sólo se lamentó de que llegase tarde para su nueva producción de la obra de Friel.