La ciudad de Hebrón, al sur de los territorios palestinos, está delimitada a un lado por un asentamiento judío y al otro, por viviendas de palestinos. Hebrón está atravesada por una calle de silencio, fusiles y vigilancia militar: Shuhada. Un cartel que reza "Los árabes nos robaron esta tierra" recibe a los pocos visitantes no hebreos que se atreven a pasar los terroríficos checkpoint. Si paseas por ella, lo primero o único que piensas es que quizás no llegues al final de la misma; que a lo mejor, una bala te despida del aire que respiras.
En las colinas, a las afueras, la situación no es mejor. Si en el centro de la ciudad, las manifestaciones del fin de semana son recibidas a pedradas lanzadas de la zona judía a la palestina, en el rural, los niños hasta precisan de escolta para asistir a clase. Lo curioso es que son los propios militares judíos los que los defienden de las agresiones de los colonos sionistas.
El cortometraje documental de 28 minutos de duración Colonos y palomas retrata esto último. "Es el único caso en el que militares del Ejército israelí escoltan a niños palestinos para ir al colegio", explica el periodista gallego Alfonso Pérez Caneiro, responsable de la pieza audiovisual junto a la también periodista Marga Pazos.
A finales del pasado mes de mayo, este comunicador viajó por quinta vez a Cisjordania para grabar las imágenes y recoger información -que FARO publicó en un reportaje en el Estela bajo el mismo título, Colonos y palomas- sobre este caso.
Destaca Pérez Caneiro que el lugar donde transcurren los hechos es una "zona de difícil acceso. Está a dos horas de Jerusalén en coche pero el tiempo que lleve depende de si hay o no checkpoints aleatorios (puntos de registro del Ejército israelí) que te obligan a parar y te registran".
En los dos poblados del destino final del trayecto, palestinos viven en cuevas en un área controlada militar y administrativamente por Israel. "Lo que recuerdo de los niños -explica el periodista gallego- es su resignación y su valentía. Tienen asumido desde pequeños que o van a la escuela, o pierden el camino. Tienen asumido que tienen que luchar". Al preguntarle a Pérez si es amor a la patria, él responde que lo hacen "por amor a la tierra".
