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El nieto de Valle-Inclán lamenta que "lo hayan desfigurado"

El nieto del escritor afirma que "las biografías lo han desfigurado y el anecdotario acabó por estropearlo"

Joaquín del Valle-Inclán (d.) fue presentado por el profesor de Literatura Manuel Ángel Candelas. // J. Lores

"La faceta más íntima y personal de mi abuelo es un completo misterio, al no haber dejado memorias ni cartas". Joaquín del Valle-Inclán Alsina, nieto del autor de "Luces de Bohemia", reconoció ayer que quedan muchos aspectos de la vida de su abuelo por desvelar, como su intimidad o el alcance de su supuesto republicanismo, pero sí dejó claro que nunca fue pobre, que se identificó con el carlismo y que fumó hachís durante al menos 18 años, primero para aliviar los dolores de su enfermedad y luego "para la introspección mística". "Nada es como es, sólo como se recuerda", subrayó, citando a su abuelo, el escritor y profesor de enseñanza secundaria, para poner de manifiesto la subjetividad de la memoria.

Joaquín del Valle-Inclán (Santiago, 1953) fue presentado por Manuel Ángel Candelas, profesor de Literatura Española en la Universidad de Vigo, que destacó la "imparcialidad narrativa" del conferenciante en su biografía "Ramón del Valle-Inclán. Genial, antiguo y moderno" (Espasa). "No se encuentra un sesgo favorable por el parentesco del biógrafo", apuntó.

El nieto del autor de las sonatas defendió el "rigor, seriedad y honestidad" de su biografía. "Donde no se sabe nada, se dice que no se sabe nada. Y de su infancia, por ejemplo, no sabemos nada". Sobre las biografías anteriores, como las de Melchor Fernández Almagro, Francisco Madrid y Ramón Gómez de la Serna, dijo que incurrieron en "disparates" y llenaron con literatura las lagunas biográficas.

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A lo largo de una breve alocución y en el coloquio posterior, Joaquín del Valle-Inclán fue desgranando aspectos de lo que sí se sabe a través de documentos y de personas que trataron a su abuelo:

Carácter reservado. Torcuato Ulloa lo describió como "frío y reservado", y Manuel Azaña dijo: "Quién sabe lo que piensa Valle-Inclán de nada ni de nadie". Era una persona irónica, con un gran sentido del humor, cortés y un padre muy preocupado por sus hijos.

Nunca fue pobre. El nieto de Valle mostró un documento en el que su abuelo encargaba una levita por 225 pesetas, más del doble del salario de un maestro. "Se fue a Madrid de funcionario con un momio, un puesto de trabajo al que no tenía que acudir, y muy bien pagado. Entre 1900 y 1906, después de perder el brazo, pasó momentos difíciles, pero no penuria. Siempre tuvo casa en Galicia y en Madrid y servicio doméstico. Y veraneaba en Navarra. Tampoco es cierto que perdiera dinero con la agricultura".

Era carlista. Pese a que se ha dicho que era izquierdista y hasta bolchevique, Valle-Inclán era carlista. Existe una primera referencia en 1888, pero es en 1899 cuando Rubén Darío escribe que "don Ramón es carlista porque D. Carlos es buen mozo y vive en Venecia". "Le horrorizaba pensar que aquel fino estilista era ultramontano", explica el nieto del escritor vilanovense. "En 1918 piensa presentarse como candidato jaimista por Noia. Era partidario de un hombre fuerte como mandatario, de un conductor de masas. Admiró a Mussolini. Y a las elecciones en Galicia se presentó con Lerroux, de la derecha. Era amigo de Azaña pero, ¿era republicano de corazón? Ese es un misterio sin resolver".

Interesado por el diseño. El nieto de Valle-Inclán mostró imágenes de las obras de su abuelo, que también ejercía de editor de sus propios libros. Cuidaba hasta el extremo la apariencia de las páginas iniciales con capitulares, hasta el punto de añadir palabras o invertir el orden de las mismas para llenar los espacios en blanco junto a ellas. Copió el diseño de muchas capitulares de su contemporáneo D'Annunzio.

Alcohol y drogas. Bebió mucho entre 1895 y 1900, pero después de perder el brazo (1899) tuvo que moderar el consumo para ejercer como "escritor profesional": "En 1901 publica tres veces más que en los cinco años anteriores". Respecto al hachís, el nieto de Valle-Inclán recordó que en aquella época se usaba para infinidad de cosas, hasta como callicida. El escritor lo utilizó como paliativo de la enfermedad urinaria que padeció desde 1908, papilomas en la vejiga, y al menos hasta 1926 "para la introspección mística".

Mujeres. Dijo Joaquín del Valle-Inclán que "no existe el más vago indicio de que pudiera tener otras relaciones amorosas" aparte de su esposa, Josefina Blanco, de la que se divorció. "Para tratarle los papilomas le metían una cánula por la uretra y le cauterizaban la vejiga a ciegas. Comprenderán que con este tratamiento no estaba para muchos juegos...", ironizó el nieto del personaje que la prensa de la época describió como "eximio escritor y extravagante ciudadano".

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