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La historia de superación de una familia de Vigo

El triple e insólito cumpleaños de los vigueses Pérez Fontán

El 22 de enero, día en que nació el hijo, fue el asignado a ambos para operarse contra un cáncer

La paciente Adoración Fontán Álvarez (dcha.) con la escritora Marta Rivera de la Cruz y el director general de la Clínica Universidad de Navarra, José Andrés Gómez Cantero, al fondo. // Univ. Navarra

Hay un día marcado, por especial, en el calendario de la familia Pérez Fontán de Vigo. "Es una fecha fetiche para nosotros", reconoce Adoración Fontán Álvarez a FARO. Y es que el 22 de enero celebran tres "cumpleaños". Ese es el día en que nació uno de sus hijos, José María Pérez Fontán, pero además, el azar quiso que fuese 22 de enero cuando madre e hijo volvieron a nacer. Sorprendentemente, los médicos asignaron esa jornada para una operación contra el cáncer a José María siendo niño y a su madre, veintisiete años después, para realizar un autotrasplante de células madre y así combatir un linfoma. Hace solo dos años, cuando Adoración se enteró de la fecha señalada para su trasplante de médula, creyó que el destino estaba haciéndole un guiño: "Nada que ocurra el 22 de enero puede salir mal. Ahora estoy segura".

La viguesa Adoración Fontán Álvarez, más conocida como "Dori", consultada ayer sobre clave de superar cualquier mal advierte: "Hay que saber pasar página pronto, pero actuar rápido". Dos cánceres (ambos con muy mal pronóstico) acecharon a su familia y a ella misma, aunque se saldaron con final feliz.

Por eso los Fontán Álvarez y Pérez Carrera han sido inspiradores de un libro sin ánimo de lucro que firma la escritora gallega Marta Rivera de la Cruz -se puede descargar de forma gratuita en internet aunque también se han editado 10.000 ejemplares- y que pretende ayudar a personas que se encuentren en esa misma encrucijada. Bajo el título "Los tres cumpleaños de los Pérez Fontán", se ha presentado recientemente en la Clínica Universidad de Navarra, que lo edita dentro de la colección "Historias de la Clínica".

El testimonio de superación y su lucha médica comenzaron en hace veintinueve años, cuando al hijo de Dori, con solo nueve años, le diagnostican un tumor de riñón en fase muy avanzada (le oprimía el hígado). Corría el año 1986 y, según aseguraron algunos médicos, no podría sobrevivir. Los padres del paciente, Chano Pérez Carrera y Adoración, se lanzarían a la búsqueda de una segunda oportunidad para su hijo a través de diferentes unidades. Así, hasta recalar en Navarra. Después de consultar a varios médicos, el doctor Berián, nefrólogo de la Clínica les ofreció el diagnóstico y el tratamiento correcto: un tumor de Wilms que José María superó totalmente.

Con la situación del hijo arreglada (él evita hablar de su caso, ya zanjado con un alta médica en 1991) la vida de los Pérez Fontán vuelve a complicarse en 2012. Dori cae enferma y el diagnóstico es muy grave. "A las cuatro de la madrugada, doce horas después de muchas pruebas, sentada en urgencias, agotada, esperando un nuevo análisis o una nueva placa, una médico se acercó a ella y sin más circunloquios ni un gramo de delicadeza le dio la noticia [...] Lo siento, pero tiene usted un cáncer de pulmón muy avanzado", cita textualmente en el libro. Aunque en un principio le diagnosticasen ese cáncer terminal con escasas expectativas de supervivencia, pronto llega un nuevo diagnóstico. Dori, en realidad, sufría un linfoma difuso de células grandes que precisó de un autotrasplante de células madre.

Así, hasta el día de hoy, "que Dori se encuentra muy bien", como aseguró el doctor Carlos Panizo, responsable de su tratamiento y seguimiento. La paciente destacó la capacidad de la familia para rehacerse tras dos experiencias tan graves. "Pienso que la mente tiene una capacidad enorme de rechazar todas las cosas malas. O te olvidas de todo lo negativo que te ha pasado, o no puedes volver a vivir. Es cierto que tanto en la enfermedad de mi hijo como en la mía actuamos rápidamente para iniciar la recuperación, algo que también es importante", explicó.

Para la autora del libro, la historia que han vivido los Pérez Fontán es "el ejemplo de una familia en horas bajas. La gran oportunidad es poder contar una situación como la suya con detalle". Ha agradecido en este sentido a la familia "su generosidad" por haberle dejado conocer datos de su intimidad y ha precisado, "que en muchas ocasiones el dolor, el miedo y la angustia se quedan encerrados dentro de uno. Sin embargo, ellos lo han sacado fuera para provecho de los demás".

"Dori" Fontán: "Hay que afrontar la adversidad con una dosis de humor y no tener miedo al fracaso"

  • El personal de enfermería que conoció a "Dori" desde el inicio del tratamiento recordará siempre el buen talante de esa paciente, que no perdía el sentido del humor "ni aún en los peores momentos. Una radio decorada con flores, bromas, o incluso, llegar a bautizar los objetos de la habitación, son algunas pequeñas anécdotas acontecidas hasta llegar al tratamiento: un autotrasplante de células madre."Dori" conversa sobre la cuestión del humor, a la que atribuye parte del éxito de la curación. "Cuando ingresé en la UCI en Navarra, muy malita ya no podía respirar porque el linfoma me ahogaba y me ponían una máscara de oxígeno enorme. Me agobiaba porque es una de mis fobias, así que decidí reírme y empecé a decirles que parecía Darth Vader"-el antagonista de la popular Star Wars- sonríe. Más tarde denominaría a la habitación de aislamiento como la "habitación del pánico"."Me lo tomé con una chispa de humor impresionante, lo de mi enfermedad...", reflexiona, "o lo llevas así, o te hundes en el camino cuando te lo dicen". Sobre ese momento, el conocer el diagnóstico de cáncer, la mujer asegura: "Es un impacto tremendo, casi se te para el corazón cuando te lo dicen". Aún así, "nunca pensé en el fracaso, ni tampoco que un linfoma pudiera acabar con mi vida. Si me vuelve a venir, volveré a luchar. Si no consigo salir adelante, pensaré que ha llegado mi momento".Después de numerosas pruebas practicadas en noviembre de 2012, los médicos diagnosticaron a Dori un linfoma difuso de células grandes. Comenzó el tratamiento con quimioterapia en la propia UCI. Pasó a planta el 1 de octubre y fue dada de alta el 5 del mismo mes. A partir de este momento, comienza a recibir cuatro sesiones adicionales de quimioterapia, a razón de una al mes.El tratamiento concluyó con un trasplante autólogo de médula el 22 de enero de 2013. Desde entonces, todas las revisiones han sido normales.El testimonio y el libro en el que han participado los integrantes de la familia Pérez Fontán busca ser un homenaje a las personas que sufren la enfermedad y que, paradójicamente, sacan gracias a ella lo mejor de sí mismas.

Marta Rivera: "El cáncer significa lucha, pero no muerte"

  • La periodista y escritora de origen gallego Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) aseguró sobre la historia de los Fontán que "cuando una historia tiene un final feliz, es un regalo bonito, interesante, emocionante... Aunque a veces hablar del dolor es duro". La novelista relata, además de las vivencias personales de la familia, el ambiente de Vigo, su mar y, densamente, documenta la luz de la ciudad."Tanto en el caso del hijo, como en el de la madre, lo fundamental es el apoyo de la familia, de los amigos y todo el entorno para enfrentarse a la enfermedad. Es la importancia del afecto para superarla", asegura Marta Rivera. También considera la clave del humor de "Dori" y su simpatía como acicate para superar los pormenores de la patología. "Creo que por desgracia el cáncer es una enfermedad cada vez más extendida, por la que todos o hemos pasado o conocemos a alguien, así que es bueno empezar a trabajar con la certeza de que se cura, de que el cáncer significa lucha, pero no significa muerte", asevera la autora.También, incide en la importancia de sentirse confortado anímicamente cuando uno pasa por un bache así. La autora de "Que veinte años no es nada", "Linus Daff, inventor de historias" y "Hotel Almirante" sigue en contacto con esta familia viguesa.

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