Cambia el look informal que la popularizó en la serie "Al salir de clase" o la bata que vistió en "Hospital central", por las sedas vistosas y elegantes rasos del atrezzo del siglo de oro. La actriz Diana Palazón -en cine en "Tierras de sangre" o "Gente pez"-, debutó ayer en Pontevedra con su papel teatral protagonista con doña Ángela y hoy está en Vigo.

-¿Es un homenaje al director Miguel Narros, que dirigió esta obra antes de fallecer?

-Más que un homenaje es un legado; el gran regalo que nos dejó Miguel con su obra viva.

-¿Qué representa para una actriz cuya cara es muy familiar en la televisión y el cine, enfundarse en la piel de la protagonista teatral de una obra de Calderón?

-Fue una oportunidad preciosa. Yo nunca había hecho un personaje protagonista en teatro y ¡con el gran Miguel Narros! Tenemos un humor parecido y nos entendimos al abordar el personaje. Era un honor pero un reto enorme meterme en el verso, que solo había hecho con don Juan Tenorio.

-Tuvo que volver mentalmente a 400 años atrás.

-Mi personaje es una figura que casi no existe hoy en el teatro contemporáneo, porque es una mujer moderna para su momento. En esta función son las mujeres las que manejan el cotarro, algo raro para el teatro clásico. Además doña Ángela es especialmente valiente, arrojada y se aventura, quiere vivir su vida. Por ser viuda en aquella sociedad, le tocaba quedarse en casa encerrada de por vida.

-La trama responde a una comedia de capa y espada, pero tiene entresijos curiosos: ella quiere ligarse al amigo íntimo de uno de sus hermanos.

-Ella quiere vivir, más que nada. Por eso se escapa a la calle. Y en una de esas escapadas, casualmente, se encuentra con un hombre que le ayuda a despegarse de su hermano. Todo empieza como un juego, la intención no es ligárselo, lo que pasa es que va entrando en su habitación poco a poco, va cayendo en su propia trampa. Sale y entra a su habitación por una alacena mágica, que es el punto mágico de la obra. Por eso es la "dama duende", porque nadie sabe cómo entra y sale alguien de la habitación y lo atribuyen a la brujería. Poco a poco ella se va enamorando, pero es mutuo.

-¿Cómo ha sido la acogida del público?.

-Está siendo maravilloso. Se entra muy fácil en la función porque es fácil de entender. Es un cuento de amor, pasión y misterio y la gente queda encantada. Es trepidante.

-Una mujer moderna para su época, aunque con una lectura actual.

-Ella no puede evitar oponerse a estar encerrada en vida. De hecho, Miguel Narros decía que doña Ángela era el sol y por eso al final le puso un vestido amarillo. Ella quiere brillar aunque los demás la intentan tapar, pero al final, el sol siempre sale.

-Pero, ¿cree que ese mensaje sigue vigente?

-Por supuesto. La sociedad muchas veces nos oprime de una manera brutal y no somos capaces de vivir nuestra propia vida y personalidad porque estamos llenos de normas. A veces uno, por saltarse las normas se juega la vida, como doña Ángela. Creo que la situación sigue vigente porque estamos tan oprimidos por normas sociales que no somos capaces de brillar con nuestra propia luz.