>>Vigués del 41, hijo de conocido periodista que dirigió "Vida Gallega", su vida profesional le llevó como marino mercante por los mares del mundo llegando a asumir la presidencia de la Asociación Española de Oficiales de la Marina Mercante. Eso sería solo una etapa porque la mayor parte de su vida, hasta hoy, estuvo dedicada a la labor naturalista, ecologista, de antropología cultural... fuera como divulgador, investigador o escritor. Ahí están sus 80 libros sobre historia, arte religiosa, etnografía, espeleología, arqueología, campanología, arquitectura rural, etc., además de los de naturaleza: espacios protegidos, islas de Galicia, cetáceos, peces y aves. Estanislao Fernández de la Cigoña es un explorador de nuestra tierra, defensor y estudioso del medio ambiente en general y de la naturaleza gallega en particular, que en representación del movimiento ecologista gallego formó parte de las juntas rectoras de los parques naturales de las Islas Cíes y del monte Aloia. Reclamado con frecuencia para impartir cursos, conferencias y coloquios sobre los más diversos aspectos de nuestra naturaleza por la sociedad gallega, que le distinguió en diversas ocasiones, entre ellas con la "Medalla de Galicia". Raro que nadie le haya propuesto para Vigués Distinguido, habiendo distinguido a tantos con muchos menos méritos que él.

>>De signo, Leo. "Nací en Vigo el año 1941, siendo el segundo de seis hermanos. Mi signo es Leo y como león he luchado toda mi vida por lo que creo y siento. Mi padre, Farruco F. Serra, era periodista y yo lo recuerdo saliendo de casa siempre al anochecer hacia su trabajo en el "Pueblo Gallego" para regresar a altas horas de la madrugada, pues en aquel tiempo el periódico se hacía de noche. Fue redactor jefe allí y Presidente de Honor de la Asociación de la Prensa de Vigo, además de dirigir la revista "Vida Gallega" en su segunda etapa. Mi madre no trabajaba, ya que las señoras ni se planteaban tener que salir de casa para colaborar en la economía doméstica. Solo cuando falleció mi padre y estando los seis hijos todavía en edad escolar mi madre se vio en la necesidad de buscar un trabajo y conducir un coche. Fue la primera señora que condujo con carné en Vigo. Cuando se fue a examinar el ingeniero le dijo: '¿Señora Vd. sabe conducir? Por supuesto, dijo ella con firmeza. A lo que él añadió: Está aprobada. Me basta su palabra, yo a una señora no la examino.' Para nuestra familia la Guerra Civil del 36 fue un trago muy amargo, pues a mi abuelo materno, el industrial Estanislao Núñez Barrios, lo mataron en los primeros días del Alzamiento muy cerca de su chalet del Seixo (O Calvario, Vigo), que además quemaron, siendo una de las pocas víctimas de derechas asesinadas en la ciudad durante los desórdenes callejeros que se sucedieron tras el pronunciamiento militar del capitán Carreró en Vigo. Doy por hecho que en los dos bandos hubo excesos, pero a nosotros nos afectaron 'los otros'. Los Núñez no olvidaron, pero si perdonaron y, en nuestra familia, jamás le oímos hablar a nuestra madre de venganza".

>>Los estudios. "Estudié el bachillerato con los jesuitas en el colegio Apóstol Santiago de Vigo, que, quieras que no, marcan para siempre y tanto marcaron que uno de mis hermanos, José Ramón, hoy en Brasil, es sacerdote y jesuita. Durante las vacaciones escolares, los tres largos meses de verano los pasábamos en el pazo que mi madre había heredado de la suya en Vilanova, en el ayuntamiento de Boimorto (A Coruña). Allí, ya de muy pequeño, distinguía las distintas aves por el nombre gallego que les habían dado los paisanos, pues todavía no se habían inventado las "guías" que hoy permiten a cualquier profano en ornitología identificar una especie sin mayor problema. De todas formas, andando el tiempo, las primeras guías que tuve en mis manos estaban en inglés, pues las españolas no llegaron a las librerías hasta la década de los sesenta. Con el título de bachiller bajo el brazo me fui a estudiar Náutica a Madrid, aunque parezca increíble, pues bien sabido es que Madrid carece de mar, pero yo me examinaba por libre en la "Facultat de Náutica" de Barcelona, la mejor y más exigente de todas cuantas había en aquel tiempo y donde finalmente me licencié en 1965. Después, no me quedó otra que buscarme la vida en el mar".

>>La etapa navegante. "Como marino navegué bastantes mares: Norte, Báltico, Cantábrico, Mediterráneo, Caribe, etc. aunque todos en un solo océano: el Atlántico. Conocí muchos países y lo pasé unas veces bien y otras peor. En esos años de embarque mis aficiones por la naturaleza se fueron incrementando, pues las horas de guardia que transcurrían en el puente de mando las aprovechaba, cuando podía, para observar las aves marinas que se acercaban al barco, los cetáceos que asomaban un instante por las proximidades y en puerto, si es que el país lo ofrecía, me asomaba temeroso pero ilusionado al inicio mismo de sus enormes selvas: Liberia, Nigeria...

>>La lucha ecologista. "En 1972 decidí poner fin a la vida aventurera y solitaria y regresar por algún tiempo a tierra firme: a Vigo, mi ciudad natal. Aquella decisión temporal se convirtió por diversas circunstancias en permanente: me casé y tuve dos hijos, lo que me ancló a tierra con firmeza. También empecé mi actividad como ecologista combativo, aunque ya lo era pasivamente desde mucho antes. Una de mis mayores osadías por aquel tiempo fue dar una conferencia en Cangas en contra de la caza de ballenas, tema candente y preocupante, y más teniendo en cuenta que casi todo el pueblo vivía de la fábrica de conservas y de la factoría ballenera, pues debo recordar que los dueños de IBSA (Industrial Ballenera S.A.) y de conservas Massó eran los mismos. Entonces profeticé públicamente, aunque nadie me creyó: "Cuando se cierre la ballenera caerá la conservera". El cine donde di la conferencia, estaba lleno y la trifulca que se armó cuando terminé, todavía la recuerdan en Cangas, ya que dije sin tapujos cuanto se podía decir y argumentar en defensa de los cetáceos sin tener para nada en cuenta las repercusiones que me supusieron en amenazas anónimas y no tan anónimas que duraron hasta que el gobierno decidió cerrar definitivamente, tras una reunión de la Comisión Ballenera Internacional, las factorías de Cangas y Caneliñas (Corcubión). Con aquel accidentado bautismo perdí todo el miedo escénico y la vergüenza que muchas veces acompaña al que habla en un escenario y que desde entonces jamás volví a sentir en las muchas conferencias y charlas impartidas en distintos lugares".

>>Galicia, isla por isla. "Bastantes jóvenes, bueno, hoy ya no tan jóvenes, pues hablamos de padres de familia que ahora ocupan cargos de profesores en las universidades de biología, veterinaria o en organismos oficiales relacionados con el medio ambiente, salían al campo en mis excursiones dominicales a bordo de un viejo furgón "Sava", que compré de segunda mano. Conmigo aprendieron a identificar aves, anfibios, reptiles, mamíferos y cuanto semoviente, grande o pequeño, raro o común se cruzaba en nuestro camino.Como naturalista estudié la fauna de las islas gallegas, isla por isla, sin olvidarme de ninguna, por difícil que fuese llegar a ella, descubriendo en 1989 al paíño europeo Hidrobates pelagicus criando en las islas más peligrosas de nuestro litoral y estando a punto de ahogarme dos veces: la primera en el islote Boeiro (Cíes del Sur) y la segunda en el Centolo de Fisterra. En este último, el 11 de agosto de 1998, fui rescatado por el pesquero "Praia de Corveiro", con base en Fisterra, cuando llevaba más de una hora en medio de un mar embravecido tras el hundimiento de la piragua en la que había pasado al islote, mientras la resaca me arrastraba hacia alta mar. En esta ocasión ya estaba entregado, pues me mantenía a flote gracias al chaleco salvavidas pero una fuerte hipotermia me mantenía totalmente paralizado. Estos "pequeños inconvenientes" no me hicieron desistir de censar en la totalidad de las islas gallegas las distintas especies de aves marinas nidificantes, encontrando a los paíños anidando en nueve de ellas (hasta ese momento nadie había certificado su cría en los islotes de Galicia). En 1989, en una pequeña laguna del concello de As Neves, hallé el primer lugar de cría del galápago leproso Mauremys caspica en Galicia, especie que se consideraba alóctona para nuestra región hasta ese momento. En 1996 describo una nueva especie de pez en el río Miño: la colmilleja del Miño Cobitis victoriae, al que, como descubridor, le puse el nombre de mi hija Victoria. Era mi derecho. Hoy en día los ictiólogos se debaten entre si es una especie nueva, como yo afirmé, o una subespecie, raza o variante de la Cobites calderoni del río Duero, pero hasta ese año nadie la había visto en nuestros ríos. Podría contar muchas cosas más de hallazgos sorprendentes de artrópodos, cefalópodos, peces y aves, pero haría la lista muy larga y cargada de latinajos".

>>Un escritor feraz. "La afición por escribir era un gen oculto y fascinante que heredamos los Fernández de la Cigoña de nuestro padre. Y digo oculto, porque no se manifestó en nosotros (y hablo también por mis hermanos escritores) hasta pasadas bastantes décadas, y fascinante también, ya que llenó casi por completo mis días. A mis hermanos Francisco José y el jesuita también les da por escribir y tienen sus libros. Este gen lo supimos transmitir a la nueva generación y tanto mis sobrinos Salvador y Carmen como mi hijo Estanislao de Kostka ya pueden presumir de sus publicaciones. En el año 1986 escribí mi primer libro: "Islas Cíes, parque natural de Galicia" y desde entonces, uno arriba, uno abajo, habré publicado unos ochenta o noventa títulos, aunque algunos de ellos en colaboración. Todos son libros de investigación que me llevaron dos, tres o más años escribirlos, excepto una novela juvenil que la hice al calor de la estufa mientras pasaba una gripe. A menudo dije que tan alto número no me parece una gran cosa, pues disfruto buscando los datos que preciso por Galicia adelante, que conozco casi parroquia por parroquia, sin agobiarme demasiado, ciertamente, y cuando me apetece. Este mismo año, presenté los tres últimos: "O falar das campás", "Cerviño contra Cerviño" y "Os infernos de Galicia" y debo tener terminados o en gestación más o menos avanzada unos veinte títulos más en espera de tiempos mejores, pues los actuales son harto difíciles hasta para ¡parir un libro! Aunque en Vigo me recuerdan como "Cigoña, el de los pájaros" por mis viejas colaboraciones en Faro de Vigo en la década de los ochenta, tengo libros de historia, arte religiosa, etnografía, espeleología, arqueología, campanología, arquitectura rural, además de los de naturaleza: espacios protegidos, islas de Galicia, cetáceos, peces y aves, entre otros".

>> Gallego y español. "Tuve variados reconocimientos (medallas, premios, menciones, nombramientos, etc.) que la sociedad me fue otorgando a lo largo de mi vida y de los que me siento felizmente satisfecho. Quizás por todo esto que te he contado a vuelapluma y otras muchas cosas que he omitido para no ser un pesado y que fueron colmando mi vida de ilusiones y quimeras, bastantes todavía sin visos de posible cumplimiento por los desaires de algunos y los fracasos propios, la Xunta me otorgó, en 2005 la Medalla de Galicia, que agradezco hondamente, pues me siento sentimentalmente gallego y con el paso de los años cada vez más, ¡Ah, será la nostalgia!, muy vigués y muy gallego (y en gallego están escritos casi todos mis libros y artículos); español, como ciudadano y universal, como conservacionista. Mi patria, por tanto, es el mundo, España, Galicia y Vigo, y ahora, también Mos, donde vivo desde que me casé con una violinista excepcional: Natalia Soltan. A pesar de exceder los setenta años sigo por completo activo y haciendo investigación de campo casi como antaño: paso a islas, bajo a cuevas, recorro playas, subo a campanarios...

"Siempre fui por libre y eso molesta a los castrados"

"El pecado capital del gallego y del español es la envidia. Pecado del que no se obtiene beneficio alguno; pues mientras el envidiado no se entera (o hace que no se entera), el envidioso se carcome solito y esto lo digo por todos aquellos que se hartaron de poner palos en mi rueda sin conseguir tumbarme, ya que nunca dependí de nadie. Siempre fui por libre y esto debe ser lo que más molestó a esos castrados".

"Siento que mi gran frustración fue la política. Me hubiera gustado muchísimo ser concejal para defender localmente desde el gobierno o la oposición mis principios conservacionistas, pero no me dieron jamás ni la mínima opción. La derecha, porque siendo ecologista me consideraban rojo recalcitrante, mientras la izquierda, por el apellido que llevo, me creyeron y aún me creen de la derecha ultra. En fin, las pocas veces que lo intenté "¡Rien de rien!" Ahora€ ¡desisto y hasta me alegro de no haber formado parte de un colectivo tan denostado últimamente!".