Jugoso por fuera, tierno por dentro, de masa esponjosa, dulce, anisado, de olor a naranja, con nata, yema, crema o chocolate o sin relleno; con frutas escarchadas o confitadas, guindas o gajos, el roscón llegó al mundo para quitarle la mala fala al rosco y con su aumentativo, evocar a las papilas gustativas de los más golosos.

El roscón de Reyes llega a casa el 6 de enero. Y la magia de este dulce clásico, a cuya elaboración tradicional le salen nuevas versiones cada año, no entiende de crisis. Y es que si hay un dulce mágico de las Navidades, ése es el roscón de Reyes.

¿Su secreto? Quizás radique en la receta: elaboración artesanal con productos de calidad. Y por eso, aunque la situación económica haya obligado en estas fiestas a muchas familias a apretarse el cinturón, el postre típico del día de Reyes no falla. Los que mejor lo cuecen -hay carteles de advertencias "se hace tradicionalmente, sin harinas industriales precongeladas"- son, cómo no, los expertos confiteros. Y es que aunque se dispensa en muchos establecimientos, los predilectos están en las pastelerías, o en despachos de panadería. A precios de entre 11 euros, con corona y caja, o 12 euros el kilo, entre ayer y hoy, las pastelerías de las ciudades han elaborado centenares de roscones de diversos tamaños pero con el mismo espíritu: Que guste a los más mayores y emocione a los más pequeños. En las màs céntricas de Vigo y comarca, al igual que en resto de ciudades gallegas y bajo encargo o no, ayer, los roscones volaban en tiempo récord.

Pero este postre redondo para la mesa de Reyes esconde secretos. Enseguida se gana a los más pequeños. Primero, los que lo desconocen, preguntan a qué sabe. Luego, se involucran en el juego del corte. Las miradas de los comensales le siguen. Y así, al tropezar el cuchillo y con la emoción del primerizo, si al pequeño le sale la figura, A quien le toca en el corte del filo -o se encuentra en su porción- un "regalo" envuelto, le corresponde la corona. No olvidará al roscón.

La tradición manda que a quien le sale la figurita sea coronado como el "rey de la fiesta" y al que le salga el haba, pagar el postre. Parece ser que de ahí procede la costumbre de ser nombrado por todos como el "tonto del haba" (origen del famoso insulto 'tontolaba').

Con más de 500 años a sus espaldas, el origen del roscón no está confirmado. Aunque algunos sitúan como el gran promotor del dulce en la corte del rey francés Luis XV, otros escritos consideran que para hallar el verdadero origen del roscón de Reyes hemos de viajar hasta el siglo II a.C. Parece ser que ya celebraban a principios de enero una fiesta en honor al dios Jano (o Saturno) en la que se comían pasteles que contenían un premio. Posteriormente, la fiesta francesa "Le Roi de la Fave", que data del siglo XI, se considera la continuación de esa celebración romana. En esta festividad se introducía un haba en una rosca dulce y la persona que la encontraba en su pedazo de pastel era "coronado" rey por un día. Aunque su origen varíe, lo que no cambia es su sabor y su forma de corona adornada con frutas escarchadas que imitan a las piedras preciosas, tan propias de una corona de reyes.