Disfrutar de una vejez de calidad obliga a un trabajo previo -años de seguir hábitos saludables- y otro de mantenimiento: huir del sedentarismo y procurar que cuerpo y mente siempre estén ocupados. Una fórmula se mejora si además los mayores no se descuelgan de los cambios sociales y mantienen el contacto con gente más joven. Estas son sólo algunas de las claves que se ofrecieron ayer en el X Foro de Relacións Interxeneracionais, organizado por la Consellería de Benestar y la Asociación Cultural Galega de Formación de Adultos, y que se celebró en el centro Fonseca de A Coruña. "El envejecimiento activo consiste en mantener la actividad física y mental, seguir unos buenos hábitos nutricionales y tener relaciones sociales a través de asociaciones, por ejemplo, por que el aislamiento y la soledad no contribuyen a una vida saludable", señala el presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía, José Carlos Millán Calenti, quien participó en el foro.

Este experto tiene claro que el mayor del siglo XXI poco tiene qu ver con el de generaciones anteriores. "Hace unas décadas llegar a la jubilación suponía dejar de hacer cosas, pero ahora la esperanza de vida y sobre todo de poder hacer vida autónoma ha aumentado y esto hace que a los 65 años uno no sea mayor. Todavía quedan una media de 20 años de vida, más tiempo que la niñez, para hacer cosas: actividades, aprender idiomas, etc...", sostiene Millán Calenti, quien reconoce que para poder disfrutar en esta última etapa hay que hacer bien los deberes el resto de la vida. "Hay que evitar enfermedades como hipertensión o diabetes en etapas tempranas porque son las que aumentan el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, hay que seguir hábitos saludables", indica.

El objetivo del Foro Relacións Interxeneracionais es promocionar una vida saludable y fomentar el diálogo entre mayores y jóvenes, algo que enriquece a ambas partes, según José Carlos Millán Calenti. "Fomentar que los mayores establezcan relaciones con los más jóvenes no quiere decir que los abuelos cuiden a sus nietos, sino que al tener más tiempo libre puedan apoyar más a las generaciones más jóvenes", resalta.

Todos salen ganando con esta relación. "El valor más importante de la vejez es la sabiduría que atesoran los mayores por su edad y esto sirve para que los jóvenes entiendan más ciertas cosas y asienten la cabeza", indica el presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía, quien añade: "Y al revés, a los mayores les cuesta más adaptarse a ciertos cambios sociales como las nuevas tecnologías y los jóvenes pueden ayudarle".

Desde la Universidade da Coruña, en donde Millán Calenti imparte clase, contribuyen a mejorar estas relaciones con variosproyectos, uno de ellos a nivel internacional. "El último de estos trabajos consistió en organizar foros con jóvenes y mayores donde en lugar de ser un médico quien de consejos sobre vida sana, sean ellos mismos en el debate los que concluyan qué hay que hacer. Se hicieron en Bulgaria, España, Inglaterra y Alemania y en junio pondremos en común todas las conclusiones", indica. Además, la UDC ya formó a parejas (un joven y un mayor) para que impartiesen charlas sobre hábitos saludables en distintas organizaciones y asociaciones.