Escondido bajo un tapete verde y custodiado por dos policías, además de los numerosos agentes y mandos policiales presentes que llenaban la sala, nunca el Códice Calixtino estuvo tan vigilado y pocas veces fue objeto de tanta expectación ni diana de tantas fotografías. El hijo pródigo del archivo catedralicio volvió a manos de la Iglesia tras estar un año metido en un garaje de Milladoiro y su entrega estuvo envuelta en la pompa y la solemnidad que podría dársele a un monarca o a la máxima autoridad de un país. Y a la cita no quiso faltar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que reclamó "un mayor esfuerzo" para que el robo del Códice "no se vuelva a repetir".

Un día después de anunciar que este mes aplicará nuevos y duros recortes, el jefe del Gobierno acudió a Santiago para entregar personalmente a la catedral el manuscrito recuperado tras la detención de Manuel Fernández Castiñeiras como presunto autor del robo. "En una etapa en la que no vivimos buenas noticias, me reconforta estar aquí", defendió tras las críticas recibidas por la oposición que le acusaron de "venir a ponerse la medalla" en lugar de afrontar la grave situación económica del país.

Pero Rajoy llegó a Santiago en torno a las 10.20 de la mañana con el propósito de "ponerse a disposición" del Cabildo catedralicio para aumentar la seguridad del Códice y anunció que en breve se firmará un convenio entre el Gobierno central y la Xunta para proteger el patrimonio histórico de Galicia y evitar que se repitan casos como el robo de esta joya del siglo XII.

Además el presidente propuso que el Instituto de Patrimonio Histórico, dependiente del Gobierno central, realice un "chequeo del Códice que pasó un año almacenado en deficientes condiciones". "Tiene propietario pero todos la sentimos como nuestro", argumentó Rajoy.

Pero la entrega del Códice contó, no solo con la presencia de Rajoy, sino también de las máximas autoridades gallegas, entre ellas el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, junto a varios miembros del Gobierno gallego, la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, el fiscal de Galicia, Carlos Varela, el juez del caso, Antonio Vázquez Taín, el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, y los policías y mandos que participaron en la investigación además de representantes del Arzobispado y la Catedral.

A su salida, Rajoy recibió la sonora protesta de un grupo de personas concentradas en la Plaza del Obradoiro que le gritaron "fuera, fuera" y "no deberías estar aquí".

El detenido dejó el manuscrito en el maletero de su viejo coche una tarde tras robarlo el 4 de julio

El electricista Manuel Fernández Castiñeiras confesó antes de pasar a disposición judicial que había guardado el Códice en el maletero de su viejo coche una tarde entera, según fuentes consultadas por Efe.

"Sí, fui yo quien robó el libro. Me lo llevé el 4 de julio del año pasado, sobre las 12 de la mañana", contó a los investigadores este exempleado de la Catedral. Según les relató, había ido a misa y accedió a la estancia del archivo con las llaves que él tenía, hasta llegar al manuscrito. Después, y tras tomarse un café y dar su habitual paseo, el electricista comió con su mujer y a última hora del día acudió al garaje de Milladoiro (A Coruña) para esconder el libro.

PSOE y BNG acusan al presidente de "buscar la foto"

A Mariano Rajoy le han llovido críticas desde PSOE y BNG por acudir a Santiago al acto de entrega del Códice Calixtino en vez de centrar sus esfuerzos en la grave situación económica que atraviesa el país. El secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, insistió ayer desde Almería en que el presidente del Gobierno solo "busca hacerse la foto", mientras que el Bloque, en boca de su candidato a la Xunta, Francisco Jorquera, tachó el acto de "electoralista". "Más propio de tiempos pretéritos", añadió.

El también portavoz del BNG en el Congreso reclamó además que se abra un expediente a la Iglesia por las relajadas medidas de seguridad que facilitaron el robo de este manuscrito medieval.

El arzobispo defiende que el deán no hizo "anotación alguna" en el libro

El deán de la catedral y antiguo archivero, José María Díaz, aseguró que había reconocido la autenticidad del Códice tras su recuperación porque todavía conservaba las marcas que él había dejado. Y, en seguida, le llovieron críticas por alterar esta joya bibliográfica del siglo XII.

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, sin embargo, salió ayer en su defensa y aseguró que el Códice está "está en buenas condiciones y sin anotación alguna como se ha dicho". Las marcas a las que se refería el deán eran simplemente separadores que colocó entre las páginas del libro.

Barrio recordó además "el sufrimiento, inquietud, turbación y desasosiego" que generó la desaparición del Códice y se alegró de que "vuelva a su lugar propio, donde seguirá haciéndose eco, con serenidad, de la historia de la peregrinación". En su custodia, según explicó, "no se ahorrarán esfuerzos".

Y en alusión al presunto autor del robo, un antiguo exempleado de la Catedral, lamentó "la confianza herida y defraudada".

Tras ofrecer a la Iglesia su apoyo para mejorar la seguridad del Códice, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se contratuló por la recuperación de un tesoro "sin el cual Galicia se sentía incompleta". "Una parte del alma de los gallegos estaba secuestrada", aseguró.

Pero además definió el manuscrito "como la partida de nacimiento de Europa" y vinculó su recuperación a la crisis del euro.

"Lo que se rescata es la misma fuente del europeísmo y se hace además en un momento en el que Europa afronta decisivos dilemas", explicó.

Por esta razón, Feijóo considera que Europa "tiene que reencontrarse". "Porque no es un proyecto temporal ni tampoco una entidad limitada a valores materiales", explicó.

Al igual que Rajoy, el titular de la Xunta quiso expresar su "inmensa gratitud" a la Policía por la recuperación del Códice Calixtino. "Quiero que les llegue la admiración por una labor que está recibiendo alabanzas desde todos los lugares del mundo", trasladó.