Una "marea roja" desbordó de alegría las calles de las principales ciudades gallegas para celebrar la triple corona de la selección de fútbol. La cómoda victoria ante Italia hizo vibrar a la afición que disfrutó del partido a través de pantallas gigantes instaladas en parques y pabellones, o llenando cafeterías y bares.

La goleada ante la "Azzurra" hizo olvidar todos los problemas –al menos durante noventa minutos– y el éxtasis llegó cuando el capitán español, Iker Casillas, levantó la copa de campeones de Europa.

En Vigo, miles de personas abarrotaron el parque de Castrelos para disfrutar de un encuentro histórico que muchos festejaron después en la fuente de la Plaza de América, lugar de celebración habitual de los éxitos del Celta.

En Pontevedra, cientos de ciudadanos siguieron la final desde la plaza de A Ferrería y después la ciudad se echó a la calle para expresar su satisfacción por la proeza conseguida por la "roja".

La misma escena se repetía en O Morrazo, Ourense, Vilagarcía y las comarcas de Deza y Tabeirós, con una fiesta que mantuvo al rojo vivo las calles hasta bien entrada la madrugada.

Tampoco fallaron los fuegos, petardos y bocinas de los coches que animaron la noche tras un sueño cumplido gracias a Iker, Iniesta, Xaxi, Silva y compañía.