Los Príncipes de Asturias se caracterizan por su simpatía y cercanía con el público durante sus visitas oficiales. Los niños son su debilidad y cuando están lejos de sus pequeñas, Leonor y Sofía, no pueden dejar de ejercer como padres.

Lo pudimos ver el pasado mes de octubre en la localidad vallisoletana de Medina del Campo. Mientras saludaban a la multitud, doña Letizia rompió el protocolo y se acercó a dos niñas que estaban llorando. Las pequeñas eran primas y estaban enfadadas porque una había pellizcado a la otra durante la espera. La Princesa no dudó en mediar entre ellas intentando que hiciesen las paces y pidiéndoles que se perdonasen.