Cuando se anuncian los premios Nobel de Física y Química, a la mayoría de las personas –poco habituadas a tan sofisticados avances– se les dibuja un gesto de duda en el rostro: "Debe ser muy importante, pero ¿será realmente útil?". Una pregunta parecida se hicieron muchos este martes cuando se dieron a conocer los nombres de los nuevos Nobel de Física, Andre Geim y Konstantin Novoselov, que recibieron tan prestigioso galardón por conseguir un material llamado grafeno.

¿Y para qué sirve el grafeno? En esta ocasión, los entendidos en la materia aseguran que es realmente un material revolucionario. El físico del grupo de Magnetismo y Nanotecnología de la Universidade de Santiago, Jorge Mira, explica de manera sencilla en qué consiste. "El grafeno es un manto de átomos; una especie de sábana de un sólo átomo de espesor. Está hecho de carbono y cada uno de ellos casa de forma perfecta con su vecino mediante tres brazos, que son muy, muy resistentes", describe.

Una de las características esenciales de este material es que conduce muy bien la electricidad, sin interferencias de ninguna clase. Además es muy transparente e impermeable a casi cualquier cosa. Se puede mezclar con otros materiales y sintonizar las propiedades que uno desee, por lo que será una revolución como en su día lo fue el plástico", augura Mira.

Las oportunidades que los expertos ven en el grafeno son infinitas. "Por su dureza permite generar estructuras flexibles pero duras, con lo que será ideal para una nueva generación de pantallas táctiles y paneles solares. Pero lo más importante será su papel en la industria electrónica, que hasta ahora está basada en el silicio y pasará a tener el grafeno como material base", apunta el físico gallego.

Jorge Mira valora también el modo creativo con que Geim y su discípulo Novoselov –"hecho a semejanza suya"– consiguieron crear esta sábana de átomos. "Fue sustrayendo con cinta adhesiva capas de punta de lápiz, que en realidad está hecho de grafeno acumulado. Lo complicado era quedarse con una sola, ya que al tirar podían salir trillones de ellas, saber que se había conseguido el material, y él lo consiguió con la aplicación de un foco de luz", indica. "Su primer éxito fue tener una idea así y, luego, conseguir llevarla a cabo, ya que el grafeno era una hipótesis de la que se hablaba desde hacía más de cincuenta años, pero hasta ahora nadie había conseguido llevarlo a cabo", concluye.