Nació, como quien dice, abrazada a una gaita. A los tres años de edad su padre, Álvaro Seivane, le enseñó la escala musical en un teclado y en un puntero de gaita y al cumplir los cuatro, la pequeña Susana pidió como regalo su primera gaita, que su abuelo Xosé le hizo a medida. Desde entonces, no ha dejado de tocar y ahora cumple diez años sobre el escenario con su cuarto disco, “Os soños que volven”, que esta noche (20.30 horas) presenta en el Teatro Caixanova de Vigo. Lugo el día 24 y numerosos puntos de Galicia durante todo el verano, serán sus próximos destinos.

-“Os soños que volven”, ¿significa que no ha conseguido cumplirlos?

-Al contrario, me siento una privilegiada y estoy orgullosa porque cuando saqué mi primer disco no imaginaba que las cosas saldrían así y que los promotores internacionales me llamarían para participar en festivales tan interesantes. Los sueños vuelven porque en este disco quería recuperar melodías tradicionales que fueron importantes para mí desde que a los 3 años descubrí la música gallega, grandes clásicos de nuestro patrimonio que, algunos, estaban quedando en el olvido. También hago un homenaje a músicos que marcaron mi vida, como Milladoiro o “Moxenas”.

-Su forma de acercarse a esos temas desde que era niña a hoy, será muy diferente.

-Ha evolucionado mi forma de tocar y he vestido las melodías con mis propios colores; con arreglos muy modernos e incluso electrónicos y yo creo que el resultado es muy bonito.

-¿Volverá a sonar su voz sobre el escenario?

-Fui introduciendo mi voz poco a poco. En el primer disco hacía una segunda voz; en el segundo me atrevía a cantar un tema compuesto por mí y en el tercero, animada por amigas como Uxía, Guadi y Mercedes Peón, ya canté varias canciones. Voy a seguir cantando, porque me gusta y porque es algo muy propio de nuestra música. Sin embargo, me sigo expresando mejor con la gaita que con la voz. Creo que es algo natural porque casi aprendí antes a tocar la gaita que a hablar.

-Este disco lo ha editado en su propio sello discográfico. ¿Qué ha ganado con respecto a sus tres anteriores trabajos?

-Me gusta hacer las cosas a mi manera e, incluso, desde 2002, tengo mi propia empresa de contratación. Tuve una relación muy buena con mi anterior discográfica, Boa Music, pero ahora soy más libre.

-Regala un disco con el precio de la entrada al concierto. ¿En los tiempos que corren hay que buscar nuevas fórmulas?

-Hay que animar a la gente a acudir a los conciertos que son, al fin y al cabo, lo que importa. Artistas y público tenemos que aunar esfuerzos para que esto no se acabe.

-Con una familia como la suya, de abuelos y padres gaiteiros, era casi obligado que comenzase a tocar el instrumento.

-Nunca me sentí obligada a nada; más bien les obligué yo a ellos a hacerme una gaita a medida cuando cumpí los cuatro años. Parece de juguete y el soplete es como un chupete. Se hacen muy pocas gaitas así porque es un instrumento que requiere fuerza. A mí me salía de dentro y eso llamaba mucho la atención.

-¿Cómo planteará los conciertos de esta nueva gira?

-Será un viaje por los cuatro discos que he publicado, centrándome especialmente en este último. Animo a todos los vigueses a que vengan porque desde 2001 no piso con mi banda este escenario y va a ser una fiesta muy divertida y con la participación del público.