Cuatro de cada diez gallegos experimentan en algún momento de su vida eyaculación precoz y un diez por ciento padecen eyaculación precoz primaria, es decir, desde sus primeras relaciones sexuales, según Fernando Meijide, urólogo especialista en andrología del Centro Médico Povisa de Vigo y uno de los coordinadores en la zona norte del Estudio Demográfico Español sobre Eyaculación Precoz realizado por la Asociación Española de Andrología (ASESA), que fue presentado ayer en Santiago.

A pesar de que la eyaculación precoz es el problema sexual más común en los hombres –su prevalencia es mayor que la de la disfunción eréctil–, sólo el 49 por ciento de los varones lo percibe como un "problema importante" que afecta a su sexualidad, frente al 75 por ciento de sus parejas.

Meijide explica así esta diferencia de percepción entre hombres y mujeres ante un mismo problema: "El problema es que la persona que expulsa el semen percibe un orgasmo y, aunque no es igual que en una relación plena, de alguna forma le satisface, mientras que a la otra persona no porque la duración de la relación sexual no es la deseada y además, experimenta angustia al ver que él no controla y que se queda insatisfecho".

Según este estudio, realizado a través de internet a 1.000 varones y 600 mujeres de toda España, no existen diferencias demográficas en cuanto a la prevalencia de la eyaculación precoz, considerada una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud, y cuyo origen puede ser psicológico y orgánico. "No se aprecian diferencias en la incidencia entre una zona u otra", explica el especialista vigués.

Lo que sí se sabe es que el estrés y la ansiedad, o problemas prostáticos pueden desencadenar episodios de eyaculación precoz y que en la primaria el origen está en los bajos niveles de serotonina, un eurotransmisor que regula la eyaculación.

Este trastorno deteriora las relaciones sexuales, ya que disminuye tanto su calidad como su frecuencia. Según el estudio de la ASESA, el varón no es el único perjudicado por este trastorno, sino que la mujer también lo sufre, ya que el 35 por ciento de las féminas cuya pareja sufre eyaculación precoz reconoce que sus relaciones sexuales son "insatisfactorias".

Hasta hace poco, el tratamiento para la eyaculación precoz era psicológico y de prácticas de aprendizaje que, según Meijide, a veces resultaban dolorosas e incómodas para el paciente. Desde el pasado verano en España se comercializa el primer fármaco contra la eyaculación precoz, un medicamento que ha de tomarse una hora antes de tener relaciones sexuales y cuyos efectos se mantienen durante tres horas. Este medicamento retrasa hasta cuatro veces la eyaculación.