La miopía o hipermetropía suponen aberraciones ópticas -desviaciones del sistema óptico con la imagen borrosa como resultado- que pueden corregirse con lentes. Para otras aberraciones que no se pueden compensar con lentes convencionales, un equipo de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) ha creado unos elementos ópticos gracias a los cuales se ha desarrollado una cámara de fondo de ojo que permitirá detectar patologías oculares en sus estadios iniciales.

Esta investigación -recogida en la tesis de Justo Arines (Vilagarcía, 1975)- ha sido premiada por la Sociedad Española de Óptica. Este físico y óptico ha explicado que la aplicación comercial del prototipo tendrá lugar "a largo plazo. Por ahora, no pensamos en su extensión al campo clínico ya que, aún falta mucho por hacer."

El instrumento creado -en un equipo cuyo investigador principal es el profesor Salvador Bará- es una cámara de fondo de ojo de alta resolución que proporciona imágenes de la retina con mucho detalle ya que permite medir y compensar la aberración del ojo en cada instante. La corrección dinámica es importante ya que la distorsión varía debido a la lágrima, entre otras causas. "Es como tener el limpiaparabrisas del coche moviéndose con el agua de la lluvia. Si miramos a través, no siempre se ve igual. La lágrima hace ese mismo efecto en nuestro ojo cuando queremos observar la retina", explica el profesor JustoArines.

Una vez estudiada y medida la aberración ocular, el instrumento procede a corregir la desviación ocular residual mediante un ordenador a través de algoritmos similares a los empleados en astronomía para una mejor visión de cuerpos celestes.