Su jefe, su vecino... incluso su marido o su novia. Usted puede estar rodeado de psicópatas sin saberlo. De hecho, lo está, ya que unos 27.800 gallegos, aproximadamente, sufren, según la estadística que los entendidos dan por válida y que incluye al 1% de la población, un trastorno de la personalidad de este tipo.

Por ello, el máximo experto en psicópatas criminales del mundo, el canadiense Robert Hare, advirtió ayer en Santiago de que es conveniente saber identificarlos y, a la hora de tratarlos, aconsejó incluso ser un "poco cínico" para evitar "caer en sus trampas". Fue aún más lejos y señaló que "uno debe distanciarse del psicópata porque puede poner en peligro la vida del otro", a pesar de que "en muchos casos resulten al principio encantadores", ya que carecen de la capacidad de ponerse en lugar del otro.

Los psicópatas no sólo "están presentes en todas las áreas sociales", sino que además se ven a sí mismos como "normales". "Puedo garantizar que la mayoría nos encontramos con psicópatas", que se caracterizan por "tener una gran capacidad de convencer y manipular a las personas". Medio en broma, Hare indicó que si él fuese psicópata la política sería "muy atractiva" porque ahí "cómo aparentes ser importa más que cómo eres" y hay oportunidades de manipular.

"No tenemos problemas para concebir a los psicópatas como asesinos en serie, pero sí como hombres de negocios", declaró, y advirtió. También aludió a que en sociedades como la actual, donde existen videojuegos violentos y medios de comunicación en los que abunda este tipo de contenido, se puede llegar a "aceptar mejor estos comportamientos y en ciertos casos son premiados".

Hare, profesor de la British Columbia, ha sido invitado a abrir hoy una jornada sobre "Prevención del delito a partir de la detección del riesgo", en Santiago. Entre sus méritos, que según el profesor Jorge Sobral, catedrático de Psicología Criminal, lo sitúan como merecedor del Nobel en su campo, si lo hubiera, destaca el método para el diagnóstico de psicópatas criminales más usado del mundo.

El canadiense insistió ayer en que "no hay nada ilegal en ser un individuo psicópata; hay muchos caminando en la sociedad y no van a la cárcel porque no todos los psicópatas son delincuentes y algunos funcionan bien en las artes, los medios, los negocios". Para explicar su personalidad, usó la metáfora del gato y del ratón. Al gato, el depredador, ¿se le puede pedir que no actúe como un gato?, se preguntó, para añadir: "El gato es un psicópata y no le importa lo que sienta el ratón".