Las mujeres maltratadas que acaben con la vida de sus parejas en Reino Unido podrán afrontar juicios por homicidio en lugar de procesos por asesinato si logran probar que fueron "seriamente maltratadas", según figura en la reforma legislativa en materia de asesinato elaborada por el Gobierno por primera vez en 50 años.

Se trata de una nueva fórmula de defensa parcial bajo la cual las víctimas tendrán la oportunidad de alegar "palabras y conducta" extremas por parte de los agresores y que permitirá a los casos premeditados basar su defensa en el "temor a una violencia seria", evitando así tener que probar que actuaron espontáneamente. Con todo, el informe elaborado por la Comisión Legal recoge que se tendrá en cuenta en "casos excepcionales".

Las medidas, agrupadas en un paquete denominado "Cambios de vida de las mujeres", se encuadran en un paquete regulado por el Ministerio de Justicia y aspiran a poner fin a la desigualdad de trato que existía hasta ahora en los casos de violencia doméstica, en los que, según la ministra para la Mujer, Harriet Harman, "durante siglos se ha permitido al hombre escapar culpando a la víctima".

Así, el Gobierno prevé poner fin a una tradición normativa que data del siglo XVII bajo la que la provocación constituía un alegato para la defensa del hombre, que escapaba así de la acusación de asesinato en base a la "provocación" perpetrada por la infidelidad de la mujer. "Acabar con este argumento en los casos de infidelidad es un cambio que acabará con la cultura de las excusas", subrayó Harman.

Advirtió de que "no hay excusa para la violencia doméstica" y añadió que "pase lo que pase en una relación, no justifica el recurso a la violencia. Los hombres que maten a sus mujeres tendrán que afrontar cargos de asesinato".