Delfín (Ronda, 1970) ha manifestado, en una entrevista concedida a Efe, que "cuando haces una colección y, de repente, ves por la calle a una chica o un chico vestido con tu ropa, se me da un vuelco el corazón y me emociono muchísimo, y ahí es donde, realmente, le encuentro todo el sentido al esfuerzo que hacemos día a día".

Preguntado sobre si le influyen en su trabajo las críticas que pueden recibir sus colecciones o desfiles, el diseñador ha precisado que "el que un desfile tenga buena o mala crítica ya no me interesa tanto, y menos desde que descubrí que opinión, como culo, tiene todo el mundo, pero criterio tiene tan poca gente..."

David Delfín, quien comenzó su carrera profesional como artista multidisciplinar, ha recordado que llegó al mundo de la moda "de una forma un tanto rara: pintando ropa militar de segunda mano. Eso gustó y me llamaron para mostrar mis trabajos y al final me di cuenta de que, sin saberlo, era el sitio en el que yo quería trabajar, donde me siento supercómodo".

Interrogado sobre qué es lo que pretende transmitir al público con sus diseños, Delfín manifestó: "yo muchas veces ni lo sé, pero también he descubierto que mucho más importante que lo que un artista quiere transmitir es lo que los espectadores experimentamos o percibimos, que es mucho más rico".

"De cualquier forma -ha agregado-, todas y cada una de mis colecciones están vinculadas con mi vida; todas tienen el sentido del momento en que estoy viviendo y, muchas veces, no dejan de ser momentos dolorosos".

"Yo trabajo con ello como si fuera una especie de materia prima; pero no lo quiero transmitir -ha explicado-, y por ello lo velo y enmascaro todo de tal forma que no sea una cosa obvia y reconocible, pero al final siempre acabo como desvelando algunas cosas".

Delfín ha revelado que del mundo de la moda le interesa "todo", porque, a su juicio, desde el punto de vista creativo "no hay que ser escrupuloso" y a él le atrae "la suma".

"Es decir -ha proseguido-, cuando hacemos una colección, desde el principio, tiras líneas paralelas en las que ya estás pensando en la música, la escenografía, la ropa, los personajes, etcétera, del desfile, como un todo, un conjunto inseparable".

"No podría entrar a trabajar a una casa de moda en la que, por otro lado, se decidiera la música, la escenografía, etc, del desfile; me sentiría incompleto", ha asegurado.

Delfín, cuya admiración por el movimiento surrealista le ha llevado a hacer guiños a autores como Magritte o Buñuel en varios de sus trabajos y a organizar un desfile dentro de la exposición "Cosas del Surrealismo" que exhibe actualmente el Museo Guggenheim de Bilbao, ha revelado que "la conexión más importante de mi trabajo con el movimiento surrealista quizás haya sido la teoría psicoanalítica".

El diseñador malagueño, que se ha declarado en esta entrevista un apasionado del psicoanálisis de Freud, ha explicado que esta cuestión "tiene mucho que ver en todas y cada una de las colecciones que presentamos".

"Yo siempre he dicho -ha concluido- que lo que me interesaba era aplicar el psiquismo a la moda y, quizás, esa es la razón por la que estoy más cercano al surrealismo que a otros movimientos artísticos de vanguardia como el abstracto o el expresionismo, aunque me interesan todos ellos".