La negativa del sector de la navaja a permitir que el depósito de los sedimentos procedentes del dragado de la ría se realice en las inmediaciones de la Illa de Tambo, donde se ubica la mejor zona de trabajo de este especie, mantiene bloqueado desde hace meses ese proyecto y cualquier vía para retomar su ejecución pasa por encontrar una nueva zona de vertido. Esta es una de las posibilidades que maneja la Consellería do Mar para llevar adelante un plan que "queremos licitar de inmediato", según la titular de este departamento, Rosa Quintana.

Sin embargo, cambiar la zona de vertido de esos miles de metros cúbicos de lodos obligaría a reelaborar el proyecto técnico prácticamente desde cero y tramitar un nuevo estudio ambiental, lo que retrasaría aún más una actuación que acumula al menos siete años de tramitaciones.

La propia Rosa Quintana compareció ayer en el Parlamento gallego para responder a las preguntas del PSOE sobre la paralización de esta iniciativa. La conselleira admitió que la elección de Tambo "no gusta el sector de la navaja" y apuntó que habría que "buscar otro sitio y reiniciar el estudio de impacto ambiental". Aunque no citó ninguna alternativa de vertido, cofradías que en su día alegaron contra la elección de Tambo apuntan que una posible solución sería aguas afuera de Ons, donde existe una fosa que ya se utilizó en el pasado para dragados del Puerto de Marín. "Efecto cero no hay en ningún sitio pero ese punto lo aceptaríamos", señala el patrón mayor de la Cofradía de Portonovo, José Antonio Gómez.

La conselleira recordó que el actual plan comenzó a tramitarse en 2011 "por la demanda del Concello de Pontevedra, el Club Naval y las cofradías de Bueu, Campelo, Portonovo, Lourizán y Raxó", según detalló textualmente. En 2014 hubo que "reorientar el proyecto" por un cambio de normativa hasta que finalmente se elaboró un plan para actuar en unos 141.000 metros cuadrados a lo largo de cuatro kilómetros, desde el Club Naval hasta Placeres, con dragados entre dos y siete metros de profundidad, para retirar 221.000 metros cúbicos de material y un presupuesto de 2,5 millones.

Consenso

Con el plan cerca de licitarse, las alegaciones formuladas a raíz de las quejas del sector de la navaja frenaron todo el proceso y la conselleria apuntó ayer su "voluntad de tener listo el proyecto cuanto antes y licitarlo de inmediato", pero todo ello "supeditado al consenso de todas las partes" y con la condición de que haya "nula afección a los bancos marisqueros".

Pero el depósito en Tambo no será admitido nunca por el sector de la navaja, según dejó ayer claro José Antonio Gómez, que cita a trabajadores de Portonovo, Bueu, Lourizán, Raxó y Marín como afectados. "No se está en contra del dragado, sino del punto de vertido", un entorno "ya dañado" por desembocar allí el emisario submarino" y que "no puede dañarse más". El patrón mayor de Portonovo admite que se pudieron sobre la mesa otros puntos de depósito, pero al final nadie lo quiere", por lo que Ons sería la opción menor molesta.

Quintana no apuntó ayer qué hacer con los sedimentos que se retiren del fondo de la ría, un asunto que "deben decidir los técnicos", si bien desde hace meses se conocen esas alegaciones y no se ha dado un paso oficial para atender una vieja demanda de otros sectores del mar en la ría.