Jubilada desde 2012, Rosa Conca asegura: "Estoy harta de que me tomen el pelo, de que me roben". "Después de 45 años trabajando y pagando todos mis impuestos religiosamente, me indigna que haya gentuza cobrando sueldos grandísimos por no hacer nada", asevera. En su caso, se considera afortunada por la cuantía de su pensión, que es la máxima, pero critica duramente las vitalicias de los políticos.