Los pontevedreses desafiaron anoche a la lluvia para reclamar en la calle que el Gobierno gallego "recapacite" y opte por la vía de diálogo para "cambiar el rumbo de la sanidad, es lo más importante para la ciudadanía", recuerda Manuel Martín, portavoz de la Plataforma SOS Sanidade Pública, que convocó la protesta en defensa de los centros públicos y contra la modificación de la Lei Galega de Saúde. Temen que tras los recortes ya realizados se den nuevos pasos para el desmantelamiento de la red pública, como la derivación de pacientes a la privada o la supresión de hospitales comarcales, entre ellos el de O Salnés.

Martín insistió en que tanto las listas de espera como los colapsos de Urgencias "son inaceptables", como también que el presidente de la Xunta "niegue estos hechos, lo hace porque Núñez Feijoo no usa la sanidad pública".

La de Pontevedra fue una de las tres concentraciones convocadas en la provincia (que se elevaron a 12 en toda Galicia) y a la misma se sumaron ediles como Luis Rei, de Marea Pontevedra, María Rey, de Ciudadanos, la socialista Paloma Castro o la teniente de alcalde, la nacionalista Carme da Silva. Con ellos, profesionales sanitarios, sindicalistas, representantes vecinales y de organizaciones de enfermos se sumaron a esta protesta que incidió en que los recortes en médicos, camas y recursos de los últimos años "han conducido al colapso del sistema".

Así, en el manifiesto que leyó Manuel Martín se hizo constar que desde la llegada al poder del actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, la Xunta recortó el presupuesto sanitario en un 18%, cerró 970 camas, suprimió 513 plazas de personal médico y 1.121 de personal no sanitario.

También critican el abandono del Plan de Mellora de Atención Primaria, que supuso frenar la construcción de "más de 60 nuevos centros de salud y redujo su presupuesto al 11% del gasto sanitario".

Señalan a estos drásticos recortes como los responsables de las listas de espera y de los colapsos que los servicios de Urgencias han experimentado en las últimas semanas.

Y si la damnificada es la mayor parte de la población "los últimos beneficiarios de esta política", denunció el manifiesto, son "las empresas privadas que incrementaron en un 42% la concertación con el Sergas".

Los participantes en la concentración temen las nuevas amenazas que afronta el sistema sanitario tras los recortes. La primera pasa por la aprobación de la Lei de Garantías, que fija en 60 días el tiempo de espera para una intervención quirúrgica y en 45 para una consulta con el especialista o una prueba diagnóstica. Se teme que esta norma esté camuflando en realidad una nueva "ayuda" a las empresas privadas a costa del erario público, ya que en caso de superarse esos periodos máximos de aguarda "el Sergas derivará y reembolsará al sector privado la atención sanitaria de los pacientes".

Otro de los temores de los participantes en la protesta es la pretensión del gobierno gallego de reformar la Lei Galega de Sanidade, una medida que en su opinión "privatiza la formación, la investigación y la innovación sanitaria, consolidando la Axencia Galega para a Xestión do Coñecemento en Saúde donde participan empresas multinacionales, que se están quedando con una importante cantidad de fondos públicos para hacer negocios particulares".

También criticaron que en general con estas medidas se persigue favorecer la creación de "chiringuitos para laboralizar al personal, potenciando el favoritismo y la arbitrariedad en la contratación de los profesionales sanitarios".

Manifestación en Santiago

La de ayer fue el anticipo de la movilización que celebrará el día 4 del próximo febrero en Santiago. Se busca que sea una gran expresión del rechazo social a "los recortes y la privatización del sistema" sanitario gallego.