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Javier Cabo Salvador: "La sanidad pública puede mejorar mucho en investigación y gestión aplicada"

El candidato a los Premios Cidade de Pontevedra se formó en países como EE UU y Alemania

El cirujano cardiovascular Javier Cabo Salvador. // FdV

El pontevedrés Javier Cabo Salvador fue pionero en España al realizar el primer trasplante de corazón en edad neonatal en 1994. También lo fue con el primer implante de corazón artificial a un niño en el año 2006. Son solo algunos de los hitos en su dilatada trayectoria como cirujano cardiovascular, innumerables en su curriculum profesional. Ha sido precisamente esta la que le ha llevado a ser propuesto por la Asociación Amigos de Pontevedra a los Premios Cidade de Pontevedra, que se entregarán el próximo 20 de enero en el Teatro Principal.

-¿Muy sorpresiva su candidatura?

-Sí. Como no estoy en Pontevedra, me enteré por un amigo de la ciudad que me envió el recorte. Hace muchos años me dieron la insignia de oro de Amigos de Pontevedra, pero fue hace unos 17.

- Esto será también un orgullo para usted...

-¡Claro! Yo estoy yendo por todo el mundo poniendo a Pontevedra en boca a nivel científico, lógicamente. Vivo en Madrid, pero viajo mucho.

-¿Sigue teniendo mucha relación con la ciudad?

-Por supuesto. Yo en cuanto puedo me escapo a ver el mar porque lo necesito.

-Tiene un curriculum apabullante, pero se echa de menos que trabajase en Pontevedra...

-Bueno, yo estuve becado en el Hospital Provincial de Pontevedra durante tres años consecutivos. Eran unas becas de la Diputación provincial. Vine durante tres veranos. Fue en los inicios de mi trayectoria.

-Su especialización le llevó lejos de España...

-Sí, por supuesto. Y en aquella época todavía más. En aquella época la cirugía cardíaca se hacía en prácticamente cuatro ciudades; Madrid, Barcelona y poco más. Yo me formé especialmente en Estados Unidos y Alemania.

-¿Es la investigación la gran asignatura pendiente de la sanidad aquí?

-Bueno, se podría mejorar en investigación y en gestión aplicada, como la mejora de procesos asistenciales. Se puede mejorar mucho en todos los aspectos. También se nota la tecnología. La inversión tecnológica de los hospitales en los que yo trabajo no es la misma que la de aquí.

-¿Es una cuestión de sanidad pública o privada?

-Es una cuestión, sobre todo, de recursos. Tener en todos los hospitales una tecnología súper avanzada es un coste muy grande. El PIB que dedica España a Sanidad está en la media de la OCDE, pero estamos muy por debajo de Alemania, de Francia... de los países de nuestro entorno. Aquí dedicamos aproximadamente un 6 por ciento del PIB a Sanidad, mientras que en esos países está cerca de un 9 o un 10 por ciento.

-Es una decisión política, entonces.

-Totalmente. En España hay la mitad de población que en Alemania, pero aquí hay el doble de servicios de cirugía cardiovascular. La curva de aprendizaje aquí es muy dura. En el hospital donde yo participo en Alemania se hacen 4.500 cirugías cardíacas al año, mientras que aquí en los hospitales donde más se realizan, como el Clínico de Madrid, no llegan a 900.

-¿Dónde se siente más cómodo trabajando, en los hospitales públicos o privados?

-Ahora estoy liderando un departamento cardiovascular totalmente privado en la República Dominicana. Está totalmente equipado, tengo dos quirófanos robotizados... En Alemania es muy cómodo trabajar, porque en la gestión por procesos está involucrado todo el personal... Aquí el problema es, por ejemplo, que el departamento médico y de enfermería son independientes. No depende el de enfermería del médico. Eso al final conlleva sus problemas. En los hospitales públicos españoles los servicios de anestesia y postquirúrgicos son totalmente independientes de cirugía. En uno privado tú operas con tu equipo real. Aquí es muy difícil operar con un equipo.

-¿Eso se vuelve en contra del paciente?

-Hombre, del proceso en general. Todo repercute. Si tú entras en una cirugía compleja con un profesional de anestesia que no conozca bien el proceso, eso ya repercute negativamente. Si eso también ocurre en el postoperatorio... Es muy complicado.

-Fue pionero en algunas intervenciones, como trasplantes en edad neonatal.

-Realicé el primer trasplante cardíaco de España en un recién nacido.

-¿Pesa mucho esa responsabilidad?

-Me formé en los trasplantes neonatales en California, Estados Unidos. Ellos eran los pioneros en el mundo diez años antes de que yo hiciera este. Cuando estuve con ellos en California y Boston realicé 18 trasplantes cardíacos a recién nacidos. Sin embargo, cuando regresé a España tardé más de un año en hacer el primero porque era muy complicado formar a todo el equipo: anestesia, intensivos, cardiología...

-¿Pudo hacer seguimiento de aquellos 18 trasplantes a bebés? ¿Fueron todos exitosos?

-Ha habido algún caso de retrasplante, pero en general es una técnica que está totalmente consolidada. El Premio Christiaan Barnard que me entregaron el año pasado en el CSIC fue por un trasplante a un niño de Santander que sigue, 17 años después, con el mismo corazón. Fue campeón de atletismo internacional.

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