Cerca de 200 personas participaron en la mañana de ayer en la Ruta de la Fábrica da Luz, por Segade. La iniciativa partió del club de senderismo Natur Club Galiza y el Concello de Caldas. Unos setenta inscritos se quedaron en lista de espera ante la imposibilidad de ofertas más plazas.

De este modo, dos centenares de participantes fueron los que estrenen la ruta de senderismo que partió a las 10 de la mañana del centro urbano de Caldas. Natur Club Galiza, que se encargó de la parte logística y técnica, puso los monitores a disposición para guiar a través de un recorrido de 10,5 kilómetros de longitud y una duración de dos horas y media a los integrantes de esta ruta de senderismo.

Salió de As Palmeiras haciendo un pequeño recorrido por el casco antiguo de la villa pasando por los puntos de mayor interés turístico, como As Burgas, calle Real, Ponte Romana, Campo da Torre y el Paseo da Tafona.

Desde ahí, siempre a orillas del Umia río arriba, se pasó por el Xardín y A Carballeira y se continuó por un sendero de tierra adaptado para la ocasión para acercarse a la Cascada de Segade y a la finca donde se encuentra la antigua central de Fenosa, conocida como la Fábrica da Luz y que da nombre a la caminata.

Dificultad media-alta

Unos 300 metros antes de llegar a este punto, comenzó la mayor dificultad del recorrido en forma de una subida un poco exigente, que hizo que la ruta fuese calificada con una dificultad "media-alta".

Una vez en la finca hubo una pausa para poder descansar brevemente aprovechando el guía para dar una pequeña explicación de la función de cada una de las edificaciones.

La orografía del terreno siguiendo el curso del río llevó a la parte alta de la cascada en un bosque de laurisilva, y en pocos cientos de metros se pasó sobre un puente romano cruzando a la otra orilla del río, siguiendo el antiguo camino de "arrieros" que llevaba a Caldas de Reis.

Posteriormente, los participantes pasaron por el embalse del Umia iniciando a continuación el camino de vuelta por el otro margen del río, pasando por miradores de la cascada y de la Fábrica desde otra perspectiva y río abajo hasta llegar de nuevo a la Carballeira, en e centro de la villa, donde tuvo lugar el avituallamiento final con la degustación del roscón típico de Caldas.