| El tradicional Samaín, cada vez más influido por las costumbres del Halloween americano, llenó las calles de Pontevedra de grupos ataviados de terroríficos disfraces, especialmente en la víspera de Todos los Santos, en la madrugada del martes al miércoles. En los colegios, guarderías y en la práctica totalidad de los centros educativos de la ciudad no dejaron de festejar esta cita con disfraces de brujas, esqueletos o muertos vivientes. Muchos establecimientos comerciales y de ocio se sumaron también a la fiesta sumergiéndose en la temática de Halloween en una fiesta que cada vez cobra más adeptos en Pontevedra y en la que el disfraz está ganando un inusitado protagonista dado que fueron muchos los que tomaron las calles vestidos de los más curiosos personajes surgidos del inframundo.