Alejandra Ameijeiras y Pablo Gómez han puesto un triste punto y aparte a sus vidas a causa de los incendios. La vivienda ecológica de él en Regodobargo quedó reducida a cenizas, por lo que en un primer momento fueron realojados por el Concello de Ponte Caldelas en una pensión en Pontevedra. Sin embargo, la necesidad de estar cerca de su antigua vivienda les llevó a ponerse de nuevo en contacto con el alcalde, Andrés Díaz. Para intentar dar una solución más conveniente a la situación de la pareja, el regidor municipal optó por abrir la Casa da Quintán para que puedan utilizarla mientras no ponen en pie su nueva casa en la finca de su propiedad desde 2009.

El chalé indiano fue restaurado y completamente equipado por el anterior gobierno bipartito de la Xunta. Había sido acondicionado para darle uso como residencia para personas con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, permanecía cerrado desde entonces, ya que el actuar gobierno autonómico no había accedido a la petición del Concello de darle uso como centro de día para mayores y otra utilidad social.

"Necesitaban estar cerca de su finca para poder levantar su nueva casa, así que a la vez que los realojamos enviamos una carta al conselleiro de Política Social y otra a la Xunta informando de la situación. El conselleiro nos llamó de vuelta para expresar su absoluta conformidad", reconoce Andrés Díaz.

El edificio cuenta con una docena de habitaciones, aunque la pareja solo hará uso de una. Pueden utilizar la sala de estar y la cocina, totalmente equipada, así como los baños. También se les han facilitado ropa de cama y alimentos básicos.

"Ahora estamos tranquilos, porque en Pontevedra no lo estábamos; ha sido un cambio radical", asegura Pablo Gómez. "Yo nunca voy a votar, pero este alcalde nos está demostrando un lado humano importante y se está ganando nuestro futuro voto", concluye.