Si ya durante todo el mes es complejo atender a la avalancha de peregrinos que llega cada jornada, el próximo día 30 este servicio será aún más difícil ya que se espera la llegada de un enorme "pelotón" de unas mil personas. Se trata de un grupo coordinado por Acción Católica, con participantes de toda España. Lores señala que los dos pabellones escolares ya se cubrirán con ese único grupo, y aconseja que traigan esterillas propias ya que "no hay colchones para tantos". En Caldas se acudirá a soluciones parecidas. A principios de agosto llegarán 250 peregrinos de la Diócesis de Toledo y unos 60 procedentes de Eslovenia.

Además de darles cobijo, otro reto será circular con mil caminantes por alguno de los "puntos negros" de tráfico de la ruta, que aún persisten tras años de reivindicación, en Tomeza y Alba, en Pontevedra o Carracedo, en Caldas, entre otros.