Vanessa Rodríguez Búa es desde el pasado el jueves el segundo edil no adscrito de la corporación municipal de Sanxenxo, al presentar su renuncia formal a formar parte del grupo municipal de SAL Ya como concejala al margen de las demás agrupaciones, Rodríguez forma ya parte como tal de los consejos de administración de las empresas municipales Ínsula y Nauta.

En su escrito, Vanessa Rodríguez Búa recuerda como en las elecciones de mayo de 2015, Sanxenxo Agrupación Liberal (SAL) consiguió cuatro concejales con el objetivo de lograr "otra forma de hacer política, pero ahora tras los últimos acontecimientos protagonizados por los otros tres compañeros de partido y que culminaron con la firma de un pacto entre PP y ellos, utilizando ilegítimamente el nombre de SAL, y la entrega de la alcaldía a Telmo Martín, todos esos valores que decíamos defender desde SAL han sido pisoteados".

La edil no adscrita insiste en que "el uso de las siglas de SAL para la firma de ese pacto sin haberlo consultado formalmente con los miembros y órganos del partido es totalmente ilegítimo". Para Vanessa Rodríguez Búa, la "obligación" de Gonzalo Pita y los otros dos concejales "era consultar al partido antes de la firma del pacto".

Vanessa Rodríguez asegura que "en la única asamblea de SAL celebrada para refrendar el pacto, el resultado que se obtuvo fue de un no rotundo al pacto", por lo que considera que "la postura que adopté, de no respaldar el pacto firmado por los tres concejales de SAL con el PP, es la única acorde con la decisión tomada por SAL como partido y soy por tanto la única legitimada para seguir representando a SAL en el pleno".

Sin embargo, abandona definitivamente ese grupo porque prefiere "cederles ese tristemente dudoso honor, porque no estoy dispuesta a secundar una batalla que ellos decidieron iniciar y que seguramente finalizaría en los juzgados, con una sentencia que llegará cuando ya hayan acabado los dos años de mandato que quedan, cuando ya no sirva de nada, y de la que absolutamente nadie saldrá ganando".