Setenta y cinco trabajadores, 20 de ellos nuevos contratos, se incorporan desde ayer al centro histórico de Pontevedra. A mayores, las decenas de usuarios que pasarán en adelante por el centro Saraiva Senior, ubicado en Don Gonzalo, la popular "calle del arco". Sus responsables y la corporación, encabezada por el alcalde, felicitaron ayer la reconversión de la antigua paquetería Rodiño en un moderno centro de atención a los mayores "en su ambiente habitual, con la decoración que decidan y en función de su particular proyecto de vida: sus rutinas, sus propios horarios, sus menús?", señalan sus responsables.

La corporación fue la invitada de excepción a disfrutar del hermoso edificio remodelado por el estudio EB-A de los arquitectos Enrique Barreiro y Carolina Mateos para habilitar alojamientos, centro de día, unidad de memoria, espacio de vida activa etc. En el céntrico espacio se centralizan a partir de ahora los otros servicios de Saraiva, que ya ha cerrado sus locales en la calle Herreros.

Visita municipal

El alcalde, Miguel Fernández Lores, acompañado de varios concejales nacionalistas, así como el portavoz del Partido Popular, Jacobo Moreira, acompañado de ediles de su grupo, y Luis Rei, de Marea Pontevedra, fueron los primeros invitados a conocer un proyecto pionero que se fundamenta en que los mayores continúen viviendo en la medida de lo posible en su ambiente habitual.

Así, frente a las residencias situadas en la periferia que exigen obligatoriamente el empleo de vehículos y limitan por tanto su utilización por parte de los mayores, Saraiva apuesta por la proximidad. "Somos diferentes, pensamos en ellos, en qué necesitan; quieren estar en su ambiente habitual, y el centro histórico es un espacio en el que residen muchos mayores de Pontevedra, aquí siguen con su ambiente, su decoración, de hecho ellos mismos compartieron y decoraron con nosotros", explica Lucía Saborido, directora de la empresa mientras señala a los libros que regalaron los usuarios para la biblioteca.

"Vemos a cada persona mayor como diferente, con su plan de atención individualizado en función de su proyecto de vida", añade. Así, los mayores pueden disponer de modalidades como el housing, es decir fuera de casa pero como en ella con sus propios espacios, y también unidades para dependientes.

A mayores están los efectos económicos del Saraiva Senior sobre el centro histórico. "Empezamos con 3 trabajadores, pasamos a 55 y actualmente somos 75 a jornada completa", más del 91% mujeres, detalló Lucía Saborido. Ésta insistió en que se trata de una empresa de liderazgo femenino, "todos los directivos son mujeres, responsables y hacemos algo diferente". Entre esas nuevas propuestas, el aula-guardería, un espacio de conciliación de la vida familiar y laboral que se suma a los muchos servicios del centro.

El efecto del nuevo centro se hizo sentir ya en el primer día con una mayor afluencia de vehículos para el traslado de personas dependientes, así como en la llegada de usuarios y visitantes. "Los centros como este generan más vida, una apuesta que hay que agradecer", señaló el alcalde, que también felicitó a la empresa por su decisión de rehabilitar un edificio histórico (acondicionamiento que no resultó fácil por los especiales requerimientos de conservación) y apostar por la zona monumental.

El nuevo espacio para mayores dispone de con 39 plazas de alojamiento residencial( viviendas con servicios, habitaciones personalizadas y otras de cuidados continuados); 40 plazas de centro de día, unidad de memoria, de vida activa y un servicio de ayuda a domicilio.

Además están los servicios complementarios: de conciliación, transporte adaptado, médicos y terapeutas, apoyo familiar y escuelas de familias.

Saraiva estima que está creando 20 puestos de trabajo indirectos que se suman a los directos en peluquería, asesoría, equipo informático? Todo ello en el marco de una metodología que "no es solo un centro sino dar una alternativa en cada fase del envejecimiento, ver todas las partes de una persona de un modo integral, la salud, pero también la emocional".

La idea es que la persona no esté aislada sino "dar un respiro a las familias que lo necesiten" mientras los mayores continúan en su ambiente.

Otro aspecto es el social, de ahí que mantengan rutinas como "ir a la peluquería, por eso viene la peluquera y los acompaña, a misa, al Mercado y también que nos vengan a visitar los niños de la escuela infantil Galiña Azul; no queremos vivir al margen, sino con y en la comunidad, vivir en zonas más alejadas sería más fácil y económico", reconoció Lucía Saborido, "pero cuando nosotros seamos mayores querremos algo así".