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André Limeres: "Cada vez hay más relación entre el cáncer oral y los piercings en lengua, labios, etc"

El especialista en salud bucodental impartirá hoy una charla en el Náutico de Sanxenxo sobre prevención y diagnóstico de cáncer oral

El dentista André Limeres Posse. // Rafa Vázquez

El Club Náutico de Sanxenxo será escenario hoy a partir de las 20.30 horas de la conferencia de André Limeres "La prevención y diagnóstico del cáncer oral", un encuentro organizado por la Asociación Contra el Cáncer que busca divulgar una enfermedad "que no difiere demasiado de ningún otro cáncer del cuerpo", señala el dentista, "básicamente todos son unos crecimientos anómalos, las células se empiezan a dividir sin los mecanismos que tiene el cuerpo para controlarlas, de modo que es un crecimiento exagerado, en el que no hay ninguna autorregulación para dar muerte a las células cuando llega su ciclo vital, así que crece de modo exagerado una masa como en el resto de cánceres de cuerpo".

- ¿Conocemos su origen, a qué se debe?

-No, desconocemos el origen, muchas veces el cáncer oral no podemos achacarlo a una sola causa, sino que hay causas genéticas y también factores que pueden ser agravantes, como aquellos que causan una herida constante que no cura, por ejemplo una prótesis mal ajustada que provoca todo el rato heridas. Con todo, la causa fundamental conocida, lo que podemos probar que hay una causa-efecto directa son el alcohol y tabaco, son los dos puntos fundamentales. A mayores están esas ayudas genéticas y las traumáticas, es lo fundamental.

- ¿Hay relación entre los piercing y el cáncer oral?

-Hay muchísima relación, mucha, entre el cáncer oral, cada vez más, con los piercings orales, en lengua, labios etc, que generan heridas constantes, un traumatismo constante que puede agravar las causas del cáncer. Cada vez hay más literatura científica en contra de los piercing y por muchos motivos: higiénicos, traumáticos, por las propias heridas que se hacen al colocarlos, pero sobre todo por los traumatismos de repetición que originan. El hecho de tener ahí esas estructuras metálicas que están golpeteando diferentes zonas, encías, dientes o áreas muy delicadas como la base de la lengua (y estoy pensando en estos piercing que atraviesan la lengua de lado a lado, con dos bolas) ya disponemos de mucha literatura científica criticándolos. De hecho incluso hay una campaña del Colegio de Odontólogos, y el doctor Juan Seoane es uno de los más críticos con el tema, cuestionando los piercing orales.

- ¿Somos conscientes del riesgo que suponen este tipo de complementos?

-No, la verdad es que no, hay bastante desconocimiento, habría que estar un poco más informado. Yo por ejemplo en mi consulta insisto mucho, soy bastante crítico con estos artilugios que no sé si llamarlos estéticos porque la verdad (sonríe) es que ni considero que tengan belleza pero que si que hay cada vez mucha más demanda. En general en todo lo que tiene que ver con los piercing y los tatuajes hay mucho desconocimiento y se ve mucha patología, gracias a Dios no cáncer, derivada de ellos: desgastes de dientes, retracciones de encías, muchas cosas malas a mi entender y ni una sola buena.

- ¿Podemos prevenir el cáncer oral o lo fundamental es la vigilancia?

-Lo básico es eliminar todos los factores de riesgo que puedan ser evitables, por ejemplo el tabaco y el alcohol. El tabaco es la primera causa de muerte evitable en el mundo relacionada con el cáncer. Eso sería la clave, y después voy a insistir mucho en la charla en el autoexamen y la autoviligancia, qué buscar y dónde, porque muchas veces los cánceres orales se inician con unas lesiones totalmente asintomáticas: una manchita de color blanco o rojo a la que no le das importancia, que a lo mejor ni la ves porque está debajo de la lengua y no llama la atención. Hay que eliminar todos los factores de riesgo que podamos, porque con la genética no podemos hacer nada pero sí con lo demás.

- ¿Hay que vigilar especialmente a medida que nos hacemos mayores?

-Sobre todo a partir de ciertas edades hay que hacer un autoexamen e incluso cuando estamos en la Tercera Edad no tener miedo de pedir al dentista que nos haga una revisión de cáncer oral, porque los profesionales muchas veces vamos directamente al diente y nos olvidamos de que hay muchísimas más estructuras en la boca.

- ¿Qué debe hacernos sospechar?

-La mayoría de las veces son lesiones que empiezan como precancerosas, suelen ser de cierto volumen, no mucho, de color blanquecino-rojizo a veces en el borde o debajo de la lengua y que muchas veces son motivo de consulta. En principio suelen achacarse a cosas traumáticas, una vez revisadas y si no ha mejorado nada en 15 días es cuando deben saltar las alarmas. Después también hay que tener en cuenta que tras las extracciones dentales si hay una cicatrización anómala, exagerada, que molesta un poco más de la cuenta o que es abultada y con ligera hinchazón de la encía que nos hace deducir que no está curando bien, también hay que tenerlo en cuenta. Pero sobre todo hay que vigilar en personas de edad avanzada, portadoras de prótesis dentales removibles, todo tipo de lesiones que no siempre se ven muy bien, como las situadas en el paladar, bajo la lengua, en general en zonas escondidas, que suelen tener más peligro porque no se ven y avanzan sin control.

- Una vez detectado ¿el cáncer oral tiene buen pronóstico?

-Tiene un porcentaje bastante favorable, depende mucho de las localizaciones, hay zonas con estadísticas un poco más favorables, pero la clave de todo es detectarlo pronto y tratarlo tempranamente, como cualquier otro tipo de cáncer. Muchas veces se necesita tratamiento quirúrgico, tratamientos de quimio o radioterapia y en general el pronóstico a 5 años es bastante positivo. Algunos tienen un poco peor porque depende de la zona anatómica en la que se dé, no tiene el mismo porcentaje de éxito si aparece en la mejilla, la lengua o el paladar, pero la clave está sin duda en el diagnóstico precoz, con ese diagnóstico temprano y el tratamiento tiene buen pronóstico. Yo afortunadamente solo me he encontrado con uno y el paciente está vivo y bien, de modo que el cáncer oral en la gran mayoría de los casos se trata, se cura y se supera.

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