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Ana Rodrigues y Carla Quirino: "Recuperar la memoria es un arma cargada de futuro"

El documental "A guerra também foi nossa" narra las consecuencias de la Guerra Civil española en la Portugal civil

Ana Luísa Rodrigues y Carla Quirino. // Rafa Vázquez

Las periodistas Ana Luísa Rodrigues y Carla Quirino son las autoras del intensivo trabajo de recopilación de historias que ha hecho posible el documental "A guerra também foi nossa", para la Radio Televisión Portuguesa. La cinta fue proyectada en Pontevedra en colaboración con el Concello y varios colectivos sociales, culturales y sobre la memoria histórica.

-¿Por qué surgió la necesidad de realizar este trabajo?

-La idea surgió en una cena en la que se habló sobre las fosas comunes. Yo pregunté si habría portugueses también enterrados en ellas, y alguien me respondió que sí, que por supuesto que sí. Entonces me hablaron del investigador Dionisio Pereira. Así nació un proyecto que consistía en visibilizar el lado portugués de la guerra de España.

-¿Cómo vivieron los portugueses el conflicto?

-Los portugueses que vivían en la frontera, que mide 1.800 kilómetros, eran personas que trabajaban en España. Muchas veces eran simples trabajadores, que no tenían cargos. Muchos fueron paseados, fusilados por el simple hecho de ser sindicalistas.

-¿Estaban implicados con los obreros españoles?

-Exactamente. Tenían sus ideales. Es importante decir que, según la documentación que conseguimos y consultamos, los muertos portugueses que encontramos lo fueron por el franquismo. Y eso que nuestra intención eran ambos bandos. Nuestro foco acabó siendo el franquismo porque no encontramos noticias de personas que hubiesen sido asesinadas por el lado republicano. Creo que eso es muy importante.

-En su trabajo hablan de que antes de la guerra había 30.000 portugueses en España.

-Sí. Había 30.000 registrados en los consulados españoles como trabajadores. Muchos trabajaban en el campo, en las campañas agrícolas. Además de los 30.000, podría haber muchos más. Es evidente que la mayoría no tomaron partido por ninguno de los lados, pero también hubo quien se posicionó. Lo importante es mostrar estas historias, dar rostro a estas historias. Al contarlas conseguimos que la gente entienda mejor.

-¿Cuántas historias consiguieron?

-Las de cinco familias. Entre ellas las de Manuel Graciano Araújo y Abílio Barbosa Araújo. Manuel fue acusado de galleguista y comunista e internado en el campo de concentración de la Illa de San Simón. Lo juzgaron en Pontevedra y fue ejecutado aquí en 1936. Fue enterrado en el cementerio de la ciudad. Abilio vivía en Gondomar y fue asesinado en 1937 en O Rosal y enterrado por los vecinos.

-Muchas de las familias nunca encontraron los cuerpos.

-Tal cual, como en España. La familia de Manuel Graciano fue informada oficialmente de su muerte. Encontrar a estas familias fue una alegría inmensa, porque fue una forma de contribuir a aportar cosas. No queríamos hacer un reportaje que ya fuese contado por los historiadores, queríamos enriquecer con algo.

-¿Era ese el fin?

-Recuperar la memoria es un arma cargada de futuro. Eso es lo que nosotras intentamos hacer. La historia es una disciplina incompleta y el periodismo también, nos permite añadir cosas. Si tuviésemos más tiempo, lo haríamos. Queríamos dar más rostros, más vivencias. Queremos mantener esa lógica para el futuro, para las generaciones futuras, para que tengan cuidado con lo que está pasando en el mundo.

-¿Cuánto tiempo les llevó finalizar el trabajo?

-Un mes y medio. Fue muy poco y muchos kilómetros. Aprovechamos todas las pistas que los historiadores ya habían recuperado. Tocábamos a todas las puertas de las aldeas en busca de la persona de más edad que se acordase de una referencia, de un nombre.

-El paso del tiempo también pone fecha de caducidad a este tipo de investigaciones...

-Exactamente. Había que hacerlo cuanto antes. Ese fue el argumento que, precisamente, le dimos a nuestros jefes. O se tratan estos temas ahora o nada. Sobre todo porque en televisión nosotros necesitamos a las personas en primera persona, vivas. Esta no solo es una historia del pasado; es una historia del pasado que continúa en el presente.

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