La capacidad productiva del fondo de la ría de Pontevedraen lo que se refiere a los principales bivalvos se ha visto reducida de forma considerable en los últimos años. De hecho, los volúmenes de capturas, según el marisco subastado en lonja en los últimos cinco años, señala que se ha extraído un 66% menos de marisco en 2016 que lo que se recogía en 2012.

Esta considerable merma en la producción fue objeto de debate la semana pasada en la Comisión de Pesca del Parlamento de Galicia y desde la oposición se volvieron a señalar a algunos de los problemas endémicos que padece la ría como la falta de saneamiento o la presencia en el estuario pontevedrés de la pastera Ence como posibles causas de esta situación. Sin embargo, desde el sector señalan a la aparición de plagas y la reiteración de los episodios de biotoxinas como principales causantes de los episodios de mortandad y de los periodos de inactividad que están dejando tocado a uno de los principales sectores productivos de la comarca.

El marisqueo en la ría de Pontevedra sustentaba hace apenas un lustro su principal fuente de ingreso en la extracción de cuatro especies de moluscos. El berberecho, la almeja babosa, la fina y, en menor medida, la japónica. Esta última, una especie que en cierto modo se consideraba invasora y que incluso se intentaba frenar su presencia para evitar que acabase de colonizar por completo la ría.

En cuanto al primero, en la ría d Pontevedra se encontraban antaño algunos de los principales bancos productores de berberecho de Galicia. La extracción de este bivalvo llegó a su tope en la última década en 2009 cuando se alcanzaron los 249.000 kilos subastados en la lonja de Campelo. Apenas dos años después ocurrió que, en otra de las principales zonas productoras de Galicia, en Carril, se comenzó a detectar una enorme mortandad entre esta especie a causa de un parásito cuyo nombre, por desgracia, es ahora muy familiar para todos los mariscadores gallegos: La "marteilia".

Esta plaga apenas dejó algún berberecho con vida en la ría de Arousa y pronto se extendió a otras zonas mientras que Pontevedra se matenía a salvo. De hecho, en 2012 se retiraron todavía 167 toneladas de este marisco del fondo de la ría, además a un precio muy elevado debido a la escasez de producto en otras zonas. Aquel año en la lonja de Campelo se facturaron 1,4 millones de euros por la subasta de berberecho, una cantidad nunca vista antes.

Empeoramiento en 2014

En 2013 se volvieron a capturar 104 toneladas de este marisco, pero al año siguiente la "marteilia" comenzó a hacer estragos en la ría de Pontevedra y, de la noche a la mañana el berberecho desapareció de la ría. En 2014 apenas se subastaron 8,3 toneladas de este bivalvo y en 2015 únicamente se recogieron 41,20 kilos.

En los últimos años se han realizado múltiples catas y estudios que parecían dar alguna esperanza al sector sobre la recuperación de este recurso, pero los años pasan y la situación está infinitamente lejos de parecerse a la de hace tan solo cinco años. En 2016 las subastas de berberecho en Campelo ascendieron a tan solo 7.200 kilos que generaron 40.000 euros (es decir, un 95,6% menos de capturas que en 2012). En 2017, hasta ahora, se han recogido 3.700 kilos.

"Segue morrendo"

"Levan facendo catas, estudios, análisis e de todo pero segue morrendo", explica casi resignada la patrona mayor de Lourizán, Carmen Vázquez. El berberecho insiste en dar esperanzas de recuperación al sector pero estas no se concretan. "Hay cría, pero o problema venlle durante a fase de crecemento: Cando vai chegar á fase adulta morre", explican.

Las otras dos especies más importantes en la ría por tradición son la almeja fina y la babosa. De la primera, la más apreciada y cara, llegaron a subastarse hasta 74 toneladas en el año 2011. A partir de ese año las capturas cayeron en picado hasta los 16.000 kilos del pasado ejercicio, es decir, un descenso del 71% en la productividad que se traduce también en sus precios.

Lo mismo ocurre con la babosa, que también ofrece una cotización media más elevada que la japónica, y que pasó de subastar 38,5 toneladas en lonja en Campelo en 2012 a tan solo 7 el pasado año, es decir una caída del 81%. Carmen Vázquez indica que en estos dos casos hay que buscar el culpable de esta caída de la producción en otra plaga. En este caso el nombre del parásito que acaba con la almeja es el "perkinsus" que se ceba en las dos especies "mucho más débiles" como son la fina y la babosa. En cambio, la japónica, cuenta con un mayor índice de supervivencia.

Esta situación ha provocado que la almeja japónica haya culminado una colonización de la ría que antes incluso se intentaba evitar. Según explica la patrona mayor de Lourizán, se intentaba que esta especie no acabase por invadir bancos tradicionalmente ocupados por poblaciones de fina o babosa: "Hai anos cando aparecía incluso se decía que había que quitala porque comía espacio as outras". No obstante, la fortaleza de esta almeja y la debilidad de la fina y la babosa frente a las plagas ya mencionadas la han convertido casi en el principal recurso que sostiene la economía de los mariscadores del fondo de la ría: "Básicamente ahora representa o 95% das capturas, é o que nos da sustento", explica la patrona mayor.

A estas plagas hay que sumar prolongados periodos de inactividad en el sector causados por los cierres a causa de las mareas rojas, que en los últimos años fueron especialmente virulentos y que también explican estos descensos en la producción. Este año, y tocan madera al decirlo, las biotoxinas les están dando un respiro al menos por el momento.

La situación de la ría de Pontevedra tampoco parece exclusiva de esta zona del litoral gallego, dado que el marisco de Arousa, Vigo o Noia sufren enfermedades y mortandad por estos mismos patógenos. Es por ello que, si bien el saneamiento de la ría es un paso indiscutiblemente necesario para mejorar la salubridad de las aguas y recuperar zonas marisqueras, en opinión de Carmen Vázquez, es la presencia de estos parásitos y la aparición de las toxinas la principal causa de este acusado descenso en la producción. De hecho, otros mariscos como la navaja aumentaron un 20% sus capturas en la ría.