Diez de los catorce municipios de la comarca cerraron 2016 con menos población que en el año anterior. Al margen de la caída de la natalidad y otros factores, una de las razones de esta reducción demográfica se sitúa en la población extranjera. Una significativa parte de ella abandonó la provincia y regresó a sus países de origen. Según los datos del INE, en toda la comarca apenas residían a 1 de enero (último dato oficial) 5.449 personas con nacionalidad de otros países, lo que supone menos del 3% del censo total. Hace una década, con mil habitantes menos en toda la comarca, eran algo más de 5.500 los extranjeros censados.

Pontevedra, con 2.796 originarios de otros países, concentra más de la mitad de todo la población foránea de la comarca y en la capital dominan los procedentes de Marruecos ( 346), Brasil (305), Colombia (238) y Portugal (236), si bien hay una significativa colonia de senegaleses (149), chinos (138) y venezolanos (123).

Por su parte, en Marín, con 843 extranjeros (el 3,4% del censo total, como en Pontevedra), el origen más habitual es el marroquí (189), a mucha distancia de los 61 portugueses. El censo oficial del INE en Sanxenxo registra 429 originarios de otros países, y se repiten las nacionalidades: 88 lusos y 36 de Marruecos, al igual que en Poio. De sus 514 extranjeros, 95 son del país africano y 42 del europeo.

Tras los cuatro municipios más poblados aparece Caldas, con 248 extranjeros y a continuación figura Vilaboa, con 176. El resto apenas suma 443 (el 8% del total): Ponte Caldelas (89), A Lama (83), Cuntis (67), Moraña (63), Cotobade (50), Barro (41), Portas (31) y Campo Lameiro (19).

De los catorce concellos del entorno de Pontevedra solo cuatro comenzaron 2017 con más censo: Pontevedra, que gana diez vecinos y pasa a 82.549, Poio, con un aumento de 59 personas para alcanzar los 16.901, Ponte Caldelas, que suma 5.573 habitantes, 33 más que hace un año, y Barro, con crece en 20 vecinos y llega a 3.746.