Por otra parte, dentro también del ámbito de vigilancia penitenciaria, la Fiscalía de Pontevedra recoge en su última memoria un repunte del número de expedientes disciplinarios que se incoaron a los internos del centro penitenciario de A Lama. Concretamente, señala que aumentaron en torno a un 56% al pasar de 254 a 397.
De estos 397 expedientes abiertos a la población reclusa, la mayoría tienen que ver con infracciones relacionadas con peleas o disputas entre los propios internos (las agresiones a funcionarios se pueden producir, pero "en un número muy bajo", según indican fuentes de la Fiscalía), las amenazas o desobediencia a los funcionarios, seguido de la tenencia de drogas y finalmente la posesión de objetos prohibidos que pueden ir desde los conocidos en el argot como "pinchos" carcelarios a cualquier otro artículo prohibido en las celdas, desde un móvil a dinero de curso legal del que no se puede disponer en la cárcel.
En su memoria la Fiscalía también dedica un apartado a las quejas planteadas por la población reclusa. También crecieron, un 6,3% más, hasta llegar a las 587.
En su memoria el fiscal se limita a señalar que la mayoría de las quejas que se plantean acaban siendo rechazadas al ser infundadas o estar ya solucionada la situación por la que se plantear e indica que la mayoría se refieren a cuestiones regimentales. En anteriores ocasiones la Fiscalía ya señalaba que las causas de estas quejas son muy variadas y van desde el funcionamiento de los servicios médicos, a las pertenencias que pueden tener en la celda o con las comunicaciones con el exterior (teléfono, visitas en los locutorios o los "vis a vis").
