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Un estudio revela la elevada permisividad con esta "droga social"

Solo un 46% de los padres de la ciudad reprocharía de forma severa el consumo de alcohol a sus hijos

La preocupación es ligeramente mayor, un 51,4%, entre las madres -Una encuesta realizada entre un millar de menores de edad en la capital revela que casi la mitad afirman que sus amigos beben "bastante o mucho"

Los últimos casos de menores que han tenido que recibir asistencia hospitalaria en Pontevedra y Vigo, así como el fallecimiento de una niña de 12 años en un ayuntamiento de Madrid, han vuelto a poner de manifiesto la problemática existente por el consumo de alcohol por parte de adolescentes que todavía no han alcanzado la mayoría de edad. Desde el Equipo de Prevención de Conductas Adictivas del Concello de Pontevedra vienen alertando desde hace tiempo de cierto descuido por parte de la sociedad en general a la hora de combatir el consumo por parte de menores de las llamadas drogas sociales, especialmente el alcohol.

También alertan sobre el adelanto de las edades de consumo, en el que se inician sobre los 14 años y tres meses en la ciudad de Pontevedra (unos meses más tarde que en el conjunto del Estado). Sin embargo, los datos que maneja este equipo municipal también revelan la enorme permisividad del conjunto de la sociedad y, especialmente, del entorno familiar, frente al consumo de alcohol. Algunas de estas cifras se recogen en la tesis doctoral "Botellón, juventud, y entorno urbano. Análisis sociológico sobre las tendencias de ocio y consumo de los estudiantes de entre 14 y 17 años del ayuntamiento de Pontevedra", elaborada por la directora del equipo de Prevención del Concello, Patricia González. Este estudio incluye los resultados de una encuesta a un total de 1.170 alumnos menores de edad (entre 14 y 17 años) de un total de 10 institutos de secundaria de la ciudad.

En sus respuestas se refleja, por ejemplo, la reacción que tendrían sus padres en el caso de que detectasen que había consumido alcohol. La sorpresa es que en el caso de la más de la mitad de los encuestados creen que su padre no les reprocharía de forma severa (desaprobaría extremadamente o muchísimo) esta conducta. La encuesta desvela que, cuando menos, la percepción de los menores es que el consumo de esta sustancia no supondría una reprobación extremadamente contundente por parte de sus progenitores.

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Además, en las respuestas de las jóvenes queda claro que esta relajación de los padres hacia el consumo de alcohol no se tiene frente a otras sustancias, ni siquiera ante otras que también son "drogas legales" como el tabaco. Así, mientras que un 81,8% de las madres desaprobarían extremadamente o muchísimo que su hija o hijo fumase; tan solo el 51,4% antes citado haría lo mismo en el caso del alcohol. En el caso de los padres, solo un 46,1% reprobaría extremadamente o muchísimo el consumo de alcohol, frente al 46,1%.

El rechazo al alcohol está muy lejos del de las drogas ilegales, en donde los alumnos explican que tanto su madre como su padre reprobarían "extremadamente" el consumo de estas sustancias. La encuesta también señala que, sorprendentemente, tres de cada diez padres no desaprobaría o lo haría ligeramente el consumo de alcohol por parte del menor.

Si el rechazo social que se ha logrado generar en torno a otras sustancias adictivas no logra imponerse en el caso del alcohol en el núcleo familiar, más difícil aún que se pueda alcanzar entre el grupo de amigos y amistades del joven. Los adolescentes pontevedreses aseguran que casi siete de cada diez de sus amigos no desaprobarían que bebiese alcohol, mientras que casi el mismo porcentaje le reprocharían "extremadamente" que consumiese otro tipo de sustancias estupefacientes ilegales.

Los datos, que se corresponden al ejercicio de 2015, también confirman que el hábito de consumir alcohol está, desafortunadamente, muy extendido entre los menores de la ciudad. Un 48,3% de los jóvenes de entre 14 y 17 años encuestados aseguran que sus amigos beben "bastante o mucho". Un 29,9% asegura que su mejor amigo consume "bastante o mucho alcohol". Un 23,9% afirma que sus amigos fuman con asiduidad y uno de cada diez de que consumen drogas ilegales "bastante o mucho".

Accesibilidad

El informe también hace hincapié en otro de los problemas, el fácil acceso de los menores al alcohol. Pese a la prohibición de vendérselo a menores, un 88,5% aseguran que les es muy fácil obtener vino o cerveza, un porcentaje que baja solo al 75,2% en el caso de los licores. Además de las multas a las que se enfrentan bares y supermercados, desde el Equipo de Prevención del Concello se intenta trabajar para que en ocasiones los jóvenes mayores de 18 años no faciliten el acceso a estas bebidas a los más jóvenes y burlar así el control por venta de edad de los supermercados o pubs.

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