Diputación Provincial, Universidade de Vigo y Concello de Pontevedra firmaron esta mañana un convenio de colaboración para la investigación del uso de compost en la nueva planta de compostaje de Canicouva. El acuerdo cuenta con una dotación de 230.000 euros, que se distribuyen en tres anualidades (100.000 este año, 70.000 en 2017 y 60.000 en 2018).

Esta mañana firmaron el acuerdo la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, y el rector de la Universidade de Vigo, Salustiano Mato.

Esta planta de compostaje, cuyo proyecto se presentará "entre finales de este mes y principios del que viene", según avanzó el vicepresidente provincial César Mosquera, servirá durante tres años como "banco de pruebas" de los efectos del compost, sobre todo el de menor calidad, con destino a los terrenos degradados. Se estudiará su utilidad sobre montes afectados por incendios, canteras y otros suelos dañados, así como sus efectos sobre el medio ambiente y la agricultura.

La Universidad, mediante el área de Edafoloxía y Química Agrícola, colaborará aportando personal técnico cualificado, conocimiento y uso de los laboratorios y otras instalaciones.

De momento se realizarán los estudios con compost de baja calidad procedente de la planta coruñesa de Lousame y en el futuro se podrá utilizar el que se elabore en el futuro recinto previsto en la parroquia pontevedresa de A Canicouva.

En este terreno, profesores y doctores de la Universidad centrarán sus estudios en buscar posibilidades de mejora del compost de menor calidad (denominado "bioestabilizado" al no ser de clase A) para encontrar un aprovechamiento con garantías en los usos forestales. El objetivo es "obtener un recurso valioso lo que a priori es un residuo y no se puede aprovechar", según explicaron al presentar la iniciativa.