Augas de Galicia tiene en marcha la elaboración de un nuevo censo de los vertidos que sufre la ría de Pontevedra con el fin de determinar el grado real de contaminación que padece, según indican fuentes de la Xunta. Este trabajo forma parte del plan de saneamiento integral, en ejecución desde hace dos meses, si bien se trata de labores previas basadas en creación de mapas de las redes de alcantarillado, estado de conservación y otros aspectos, entre ellos el de todos los focos potencialmente contaminantes. Hasta el próximo año no se contará con todos los datos para comenzar a diseñar las actuaciones específicas para actuar en una ría que presenta notables deficiencias y donde se ubica uno de los pocos bancos marisqueros gallegos con categoría C, en Placeres, y con riesgo de que crezca ese número en otros puntos.
El último balance al respecto, a nivel general, fue ofrecido por la Consellería de Medio Ambiente en junio pasado, cuando estaban inventariados 8.633 puntos de vertido, si bien se aclaraba que tres de cada cuatro no son contaminantes. En concreto, eran 1.281 los considerados contaminantes y 787 los que presentaban algún indicio de contaminación. Los puntos más contaminantes se concentran en la ría de Pontevedra (en las costas de Poio, Martín y Pontevedra), Arousa (costa de Cambados) y Ferrol (Ferrol y Narón) y el Concello de Noia. En el interior, destacan los vertidos al río Sar.
En un estudio anterior, correspondiente a 2015,, la Xunta calculaba que la ría recibía unos treinta vertidos contaminantes. Augas de Galicia llevó a cabo en el litoral un total de 2.852 inspecciones desde el año 2007 hasta mediados de 2015, así como 1.500 muestreos con el fin de caracterizar los vertidos e evaluar su gravedad. En el caso de Pontevedra fueron 1.040 las intervenciones. El inventario elaborado a raíz de esos trabajos reveló que en la ría había 100 puntos de vertido, de los que 70 cumplen los límites de vertido legales y son contaminantes, pero otros treinta sí constituían focos de polución que acaban en el mar. Se trataba, por tanto, de un porcentaje contaminantes del 30%, algo por debajo del índice en la ría de Arousa, donde los vertidos eran hace un año 299 y 107 de ellos eran perjudiciales, un 36% del total.
No obstante, se cree que estos datos necesitan de una actualización inmediata, toda vez que tampoco coinciden con otro estudio al respecto, esta vez con datos recogidos por el Equipo de Investigación de Ecotoxicología y Contaminación Marina (que se encuentra integrado en el grupo EcoCost) de la Universidad de Vigo, Ecotox. Según los últimos datos con vertidos de los años 2015 y 2016, de existen 56 focos de emisión (desde A Lanzada a Cabo Udra). De ellos, 13 tienen origen industrial, 9 son de aguas residuales urbanas y 11 tienen un origen desconocido. El resto son focos de emisión de la red de aguas pluviales y, aunque generalmente deberían ser inocuos, las deficiencias en la red de saneamiento provoca que en ocasiones sean también focos de contaminación de aguas fecales.
El visor no se limita a hacer seguimiento de las aguas residuales que acaban en la costa gallega, sino que también recogen datos sobre la contaminación química tanto en los sedimentos de la ría como en los mejillones que se cultivan en ella. Estos datos sobre la presencia de elementos como hidrocarburos o organoclorados en toda la costa gallega fueron georeferenciados (es decir, señalados en el mapa) y se pueden observar en este visor Ecotox calificados por color en función de la presencia mayor o menor del agente contaminante, del azul al rojo, dependiendo de los resultados.
El visor de la Uvigo señala a los dos emisarios (el de Lourizán y el que vierte cerca de Tambo) como dos focos de emisión re aguas residuales "pobremente depuradas" y a ello hay que sumar que la red de saneamiento de la ría "tiene unas deficiencias que provoca que cada cierto tiempo, especialmente en la zona norte de la ría, se viertan aguas directamente al mar sin depurar", según Ricardo Beiras, catedrático de Ecología de la Universidad de Vigo.
